Honduras amaneció este sábado con una relativa calma luego de tres días de manifestaciones violentas en las principales ciudades, que dejaron al menos tres muertos, decenas de detenidos, lesionados y pérdidas económicas por daños a la propiedad privada y pública.
El ambiente en las ciudades del país es normal y en Tegucigalpa, la capital, sectores afines al gobernante Partido Nacional celebrarán una marcha «por la paz».
Las tomas de carreteras y bulevares con barricadas con quema de neumáticos y vandalismo fueron mayores el miércoles y jueves, cuando el país vivió un paro de transportistas de carga que aparcaron centenares de contenedores, cisternas cargadas con combustibles y otros camiones con diversos productos en importantes ejes carreteros para exigir conquistas sociales.
También se produjo una sublevación de más de un centenar de funcionarios de la Policía Nacional de la fuerza especial «Cobras», que exigían conquistas incumplidas por parte de la Secretaría de Seguridad.
Las protestas violentas se sumaron a las marchas pacíficas que desde mayo han realizado maestros y médicos del sector público, agrupados en una Plataforma para la Defensa de la Salud y Educación, reclamando mejores sistemas sanitario y educativo.
A la protesta pacífica de la Plataforma se han sumado otros sectores a nivel nacional, que además exigen la salida del poder del presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, quien fue reelegido en los comicios generales del 26 de noviembre de 2017 en los que, según la oposición, hubo fraude.
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El viernes, con elementos de la Policía Militar de Orden Público (Pmop), que salieron a las calles por instrucciones dio del presidente Hernández el jueves, las pocas protestas violentas que intentaron manifestantes fueron disueltas.
La protesta de los policías «Cobras» se resolvió el viernes con un acuerdo de nueve puntos, suscrito entre los agentes en rebelión y autoridades de la Secretaría de Seguridad, con la mediación del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos.
Los maestros y médicos de la Plataforma, por su parte, continuaron el viernes con una movilización en Tegucigalpa y advirtieron que seguirán manifestándose hasta lograr que se apruebe un buen sistema de educación y salud en el país, para lo que el martes pusieron en marcha un «Diálogo ciudadano alternativo».
El diálogo de los docentes y galenos es en paralelo a otro que promueve el Gobierno.
Los maestros y médicos han rechazado la invitación que les ha hecho el Gobierno para participar en el diálogo oficial, por considerar que es «falso», aunque al iniciado por la Plataforma el Ejecutivo envió a dos altos cargos de las Secretarías de Salud y Gobernación.
El viernes, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas de Derechos Humanos en Honduras (Oacnudh) pidió a las autoridades del país una investigación «pronta e imparcial» de los hechos violentos registrados durante la semana que han dejado al menos tres muertos, lesionados y detenidos.
Una fuente de la Policía Nacional dijo el viernes a Efe que las tres muertes se registraron el jueves, dos en Tegucigalpa y una en la aldea de Yarumela, departamento de La Paz.
La Oacnudh lamentó la muerte violenta de las tres personas, identificadas como Erick Peralta, Luis Maldonado y Eblin Noel Corea, este último de 17 años.
Información de Efe.
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