Quito.– El candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio, de 59 años, fue asesinado a tiros en la tarde del 9 de agosto, luego de un ataque perpetrado presuntamente por sicarios, en un suceso que ha conmovido la conciencia nacional en medio de la crisis de inseguridad que azota a Ecuador.
El hecho, que ocurrió al terminar un mitin de su campaña electoral que realizaba en un colegio de Quito, tiñó de sangre los comicios para elegir al sucesor del actual mandatario, el conservador Guillermo Lasso, en un atentado que también dejó al menos nueve heridos y donde murió un sospechoso del crimen.
Villavicencio era un periodista y exasambleísta que con sus 260 investigaciones sobre corrupción se había convertido en uno de los enemigos más acérrimos del expresidente Rafael Correa (2007-2017). El candidato se definía públicamente como de centro pese a haberse situado en sus inicios en la izquierda moderada.
El liderazgo sindical en Petroecuador, la empresa de Hidrocarburos del Estado, distinguió a Fernando Villavicencio en su vida profesional y le abrió camino en la política. Tras su paso por el sindicalismo petrolero, incursionó en el periodismo y trabajó con varios medios de comunicación como el diario El Universo y en la revista Vanguardia.
Enemigo de Correa
Enemigo declarado de Correa, Villavicencio se presentó a las elecciones presidenciales programadas para el 20 de agosto, con el afán de evitar que el correísmo vuelva al poder.
Antes de lanzarse a la Presidencia, dirigió la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional (Parlamento) entre mayo de 2021 y mayo de 2023, hasta que Guillermo Lasso invocó el recurso constitucional de «muerte cruzada» para disolver el Parlamento y llamar a elecciones extraordinarias.
Villavicencio, que en muchos casos criticó a Lasso, también lo defendió y algunos de sus rivales lo consideraban como el candidato encubierto del oficialismo, algo de lo que él renegó.
Fue asesor político del exlegislador del movimiento indigenista Pachakutik Cléver Jiménez, entre 2009 y 2017. En esa época ambos fueron condenados a 18 meses de prisión por supuestas injurias contra Correa, pero evitó la cárcel tras estar prófugo hasta que logró la prescripción.
Meses después y tras refugiarse en Estados Unidos, Villavicencio impulsó nuevas denuncias contra Correa por presuntas irregularidades en contratos petroleros con China.
Su popularidad también aumentó a raíz de exhibir periodísticamente los casos de corrupción en los que desenmascaró a políticos y empresarios en tramas como la de Odebrecht y las irregularidades en la construcción de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair.
Llegó a la Asamblea Nacional en 2021 y en junio pasado, tras aplicarse la «muerte cruzada», anunció su candidatura presidencial para sustituir a Lasso, pero bajo la consigna de no regalar nada al correísmo.
En una entrevista con EFE en mayo, Villavicencio aseguró que buscaba ser presidente para enfrentar y derrotar a las mafias que han cooptado el Estado y tienen de rodillas a la sociedad. El candidato ponía el foco en las mafias políticas vinculadas al narcotráfico y a estructuras delictivas de minería ilegal, y también corrupción en el sector público.
Vínculos entre Alex Saab, Piedad Córdoba y Rafael Correa
Villavicencio también había formulado durante meses una serie de señalamientos contra personajes como el empresario Alex Saab, la senadora del Pacto Histórico (de Colombia), Piedad Córdoba y Rafael Correa.
El candidato ecuatoriano llegó a encabezar una iniciativa legislativa para reabrir las investigaciones contra Foglocons, la empresa de Saab, que manejó junto a su socio Álvaro Pulido y Luis Eduardo Sánchez Yánez varios negocios oscuros en el país.
La comisión que presidió Villavicencio durante su paso en el Parlamento evidenció revelaciones sobre las actividades y los involucrados en toda esta trama internacional de lavado de dinero que contó con el apoyo de Hugo Chávez y Correa, quien con su fiscal Galo Chiriboga, terminaron archivando todas las investigaciones.
Amenazado de muerte
El político natural de la población andina de Alausí, en la provincia de Chimborazo, ya había denunciado en semanas anteriores amenazas de muerte en su contra, en el marco de una preocupación generalizada por la seguridad de los candidatos tras otros atentados acontecidos.
Recientemente fue asesinado de manera similar el alcalde de Manta, Agustín Intriago, uno de los más populares del país, y ocurrió lo mismo con un candidato a asambleísta por la norteña provincia de Esmeraldas, fronteriza con Colombia.
Villavicencio contaba con resguardo policial, conforme el Gobierno le había facilitado también al resto de candidatos. Su hermana, Alexandra Villavicencio, responsabilizó al Ejecutivo del asesinato de su hermano por no brindar, a su criterio, la suficiente protección.
Con información de EFE e Infobae
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