Buenos Aires.- Los argentinos protestaron este 17 de abril en Buenos Aires contra las nuevas restricciones dictadas por el gobierno de Alberto Fernández para hacer frente a la segunda ola de COVID-19.
La protesta se realizó cerca del emblemático Obelisco, donde se manifestaron ciudadanos con banderas y pancartas, algunos desde sus automóviles, expresando su rechazo a las nuevas restricciones.
Además, hubo protestas menos concurridas en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, sede del Ejecutivo argentino.
Allí se produjeron incidentes cuando, al filo del inicio del horario de restricción nocturna para circular, un pequeño grupo intentó trepar las rejas que rodean a la Casa Rosada y fue frenado por funcionarios de la policía, quienes detuvieron a algunas personas. En el lugar también se quemaron tapabocas.
Asimismo, hubo una concentración en las puertas de la residencia presidencial, en la localidad de Olivos.
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El presidente argentino Alberto Fernández anunció para Buenos Aires y su periferia una ampliación del horario de restricción a la circulación nocturna que ya regía desde el 9 de abril.
Desde este viernes 16 hasta el 30 de abril quedaron suspendidas las actividades recreativas, sociales, culturales, deportivas, religiosas y los servicios gastronómicos en los lugares cerrados.
La medida que generó más polémica fue la de suspender por dos semanas las clases presenciales en los colegios de Buenos Aires y sus alrededores.
El alcalde capitalino, el opositor Horacio Rodríguez Larreta, presentó una acción de amparo ante la Corte Suprema para que frene el cierre de las escuelas.
Al reunirse con Rodríguez Larreta y ratificar la medida adoptada, Fernández lamentó que el asunto haya sido llevado a la justicia y dijo que nadie quiere suspender las clases presenciales, pero que en estos momentos debe prevalecer el criterio epidemiológico y no el educativo.
El presidente de Argentina manifestó que las leyes se hacen para ser cumplidas y que los sectores económicos afectados serán asistidos por el Estado.
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