Ciudad Guayana.– Este jueves 26 de enero, un trabajador de Ferrominera Orinoco se encadenó en el portón principal de esa estatal como medida de protesta.
Relató que la compañía le notificó de forma intempestiva, sin el trámite previo, que estaba jubilado. La identidad del obrero es Pablo Arcángel Martínez Díaz, quien laboraba en el área de PMH con la ficha 6050.
“Me llamaron, me dijeron que estaba jubilado y me mandaron a firmar la jubilación. No tuve más remedio que ir, pero cuando vi la cantidad me di cuenta que eran solo 2.000 dólares por 33 años de servicio, eso es como mandarme a mi casa a morirme. Yo les pido a los trabajadores que se vean en mi situación”, relató Martínez, quien se ató las manos en la entrada de la empresa.
El empleado contó que antes de la llamada del departamento de recursos humanos, él permanecía inactivo, pues había sido desincorporado de la planta durante la contingencia por la pandemia del COVID-19.
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Jubilación como castigo
Para Ramón Gómez, miembro de la Intersectorial de Trabajadores de Guayana (ITG), la administración de Nicolás Maduro implementó las jubilaciones forzosas en las empresas básicas, como un método de castigo al reclamo y a la protesta.
“Es un castigo porque con el sueldo que le dan a estas personas después de una jubilación forzosa no les alcanza para nada. Y no ha habido forma de poder revertir una jubilación forzosa, a pesar de que hemos ido a la Inspectoría del Trabajo y fiscalía: no nos han escuchado”, recalcó Gómez.
No obstante, el dirigente sindical aseguró que lejos de callar las voces de reclamo, las jubilaciones han sido el combustible para que los obreros sigan protestando. “Nosotros seguiremos en la calle y levantando nuestra voz de protesta”, puntualizó.
“El tema de la jubilación no es malo, al contrario, pero debe aplicarse correctamente. Sin embargo, nosotros sabemos muy bien que con el sueldo de empleado activo no nos alcanza para cubrir al menos 20 dólares de la canasta básica, imagínate un trabajador jubilado que percibe mucho menos. Entonces aquí está claro que no solo castigan al que reclama, sino a toda su familia”, comentó.