Puerto Ayacucho.- Largas colas se agolpan en las inmediaciones de las entidades financieras de Amazonas. Personas, incluso de la tercera edad, pasan toda la noche en las afueras de los bancos para obtener efectivo.
Ante este escenario, funcionarios militares se desplegaron para resguardar la zona. El panorama se observa a diario en esta pequeña urbe al sur de Venezuela.
En la actualidad, en Puerto Ayacucho funcionan seis sucursales bancarias: Banco de Venezuela, banco del Tesoro, Banco Provincial, Banesco, Banco Caroní y Banco Bicentenario. Los dos últimos tienen dos oficinas comerciales, que no son suficientes para la cantidad de clientes que todos los días se mantienen en las colas para poder retirar su dinero, situación que ha resultado difícil por la falla constante en sus plataformas internas.
Yenny Cecilia Ponce, usuaria del Banco Caroní de la avenida Orinoco, expresó a El Pitazo su descontento por lo que se vive en estas agencias bancarias.
De acuerdo a su versión, le ha tocado hacer la cola toda la noche para asegurarse un puesto, con la incertidumbre de no saber si al día siguiente fallará la línea, como ocurre habitualmente, y no podrá obtener su dinero.
“Esto ya es insostenible; a muchos nos ha tocado dormir en la calle asegurando la cola para cobrar al otro día, algo que no es muy seguro, porque la línea se va diariamente después de las nueve de la mañana.
La dama dice sentirse muy afectada al ver a personas de la tercera edad en la cola.
«Necesitamos que esta situación se resuelva o mejore. Yo soy una mujer joven y es triste ver a muchos viejitos pasando estas calamidades para tener algo de efectivo. Las autoridades siguen sin pronunciarse”, manifestó la señora Ponce.
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Por su parte, Ricardo Acosta dio a conocer que tiene dos semanas sin poder obtener efectivo del Banco de Venezuela. Reveló que de acuerdo a su número de cédula le corresponde el martes, día en que la plataforma de la referida entidad bancaria amanece con problemas.
Esta situación le ha impedido ingresar para retirar los 1.800 bolívares que son suyos.
“Esto es un desastre; ahora hay que madrugar para tener efectivo. Es difícil, por la cantidad de personas que amanecen en el banco. Además de las medidas extremas de la guardia, nos obligan a hacer la cola a varios metros, según ellos para evitar alborotos», dijo.
Acosta explicó que el mal funcionamiento de los sistemas bancarios es lo que agrava la situación.
«El problema diario es la falta de línea. El banco cierra temprano y las personas con el número de cédula que les corresponde no pueden hacer ningún retiro, obligados a venir al día siguiente como rezagados” aseveró.
Problema sin resolver
Un hecho que ya se ha vuelto costumbre es la constante falla de la plataforma bancaria. Esto agudiza el problema de la falta de circulante en la calles, en una ciudad donde predomina la dualidad de precios.
En los distintos comercios los costos varían si se cancela con efectivo o por vía electrónica, a través de los puntos de venta. El valor monetario de los productos aumenta cada hora sin que exista un control. El dinero en efectivo es la mayor necesidad que tiene el ciudadano común.
Lenin Arturo Gómez, cliente de Banesco, reiteró su denuncia sobre el retraso en las operaciones y transacciones en esta sucursal. A su juicio se debe protestar para ser escuchados.
“De nada vale madrugar, igual nunca hay servicio. Estoy cansado de pasar por esto. La banca púbica es igual a la privada, presentan los mismos problemas y hasta ahora no se les ve mejoría”, comentó.
En espera de soluciones, Miguel Rodríguez, gobernador de la región, informó que se estarán reuniendo en los próximos días con los representantes de la banca pública y privada para establecer una mesa de trabajo.
La meta es buscarle una solución a este problema, que genera caos en la ciudad. Para ello, se designará a una comisión que evalúe el funcionamiento interno de estas instituciones financieras.
Asimismo, el Jefe de la Zona Operativa de Defensa Integral (Zodi), general de división Miguel Eliecer Martínez Morales, activó desde hace varias semanas un intensivo plan de seguridad con el despliegue de una cantidad importante de funcionarios militares.
Los uniformados se encargan de preservar el orden ante los últimos sucesos que se han registrado en el centro de la capital.
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