Caracas.- Los vendedores de vestidos del Nazareno, rosarios, sahumerio, velas y demás artículos que responden a las costumbres de Semana Santa explicaron que este año se redujo la afluencia compradores, la cantidad de mercancía y la cantidad de vendedores por la crisis del país.
Uno de los principales problemas es que muchos vendedores no tienen punto de venta y los que tienen experimentan constantes problemas de conexión. Ante la falta de efectivo, la vendedora Zulay Mijares, que tiene 10 años ofreciendo servicios en Semana Santa, ha optado como alternativa que los compradores paguen con comida. «Dependiendo de lo que la gente quiere voy a la farmacia y compro un chocolate o un caramelo, lo que me interesa es salir de esta mercancía», explicó. Su sobrino constantemente tiene una lista con los precios del Farmatodo más cercano actualizados para agilizar el proceso con los clientes.
Susana Escobar, vendedora desde hace 25 años por tradición familiar, explicó que también les toca ser solidarios con los clientes; por ejemplo, una compradora se llevó el traje del Nazareno y prometió pagar al día siguiente porque el punto no estaba funcionando. «Hay que confiar en la gente, si ella de verdad tiene fe va a pagar mañana, no le sirve un traje del Nazareno sin pagarlo», argumentó.
«La fe nunca se pierde, si perdemos la fe perdemos todo» dijo Francis Vivas, quien compró un vestido para su nieto. Su principal petición este año es mucha salud. Gladys Zerpa, de la tercera edad, asistió a los alrededores de la Basílica para comprar velas, «por esta escasez de agua y porque la luz que siempre se va, hay que seguirle pidiendo a Cristo que nos ilumine», afirmó.
Elizabeth Escobar, vendedora desde hace 15 años, acepta divisas y transferencias, aunque no ha tenido casos en los que algún comprador haya recurrido a ello.
Mijares afirma haber vendido «solamente Bs 3.000 en lo que va de semana» y Escobar afirma que «no se puede comparar con otros años, porque la gente no tiene dinero con qué comprar y para nosotros las telas están incomprables», pero aún así «la fe se mantiene, no se trata del dinero sino de nuestra fe y mantenernos aquí Dios más adelante nos lo recompensará», explicó.