Caracas.- La crisis económica, el cierre de las escuelas por la pandemia y la violencia son algunos de los factores que han empujado a muchos niños en Venezuela a trabajar, un problema invisibilizado, según expertos, por la falta de cifras oficiales que permitan conocer su alcance real.
El director de la ONG Centros Comunitarios de Aprendizajes (Cecodap), Carlos Trapani, indicó que la primera dificultad que existe es que no hay cifras oficiales para saber cuántos jóvenes están laboralmente activos.
«El no tener cifras indica que el problema está invisibilizado y no sabemos la magnitud y el alcance en lo que se refiere al trabajo», afirmó a Efe.
«La Ley Orgánica de Protección al Niño, Niña y Adolescente (Lopnna) reconoce el trabajo como una garantía específica, es decir, hay un conjunto de derechos y garantías para adolescentes trabajadores a partir de los 14 años», explicó.
Esto significa, prosiguió, que debe haber un contrato de trabajo, seguridad social, incluso, el derecho a huelga y a formar parte de un sindicato, pero «el problema en Venezuela es el trabajo informal o las peores formas de trabajo infantil, donde hay una gran cifra negra».
Asimismo, el director de Cecodap reflexionó: «No es posible caracterizarlo, ni siquiera geográficamente, o cuál es el grupo de edad o por sexo que más incide en este tipo de trabajo y muchos rayan en formas de esclavitud moderna, trabajo doméstico, servil, sexual, ser pimpineros de combustible (vendedor), trabajar en vertederos de basura».
Trapani aseguró que muchos niños, algunos de ellos muy pequeños, trabajan para «poder contribuir con el presupuesto familiar (…) que está profundamente golpeado, que ha perdido capacidad de compra, entonces el trabajo surge como una necesidad ineludible para la familia».