Un niño de 12 años, identificado como Dervis Castro, fue mordido dos veces por una serpiente mapanare en su brazo derecho, el cual debieron amputarle para salvar su vida. El ataque de la víbora ocurrió en una zona rural de la ciudad de Araira, ubicada en el municipio Zamora del estado Miranda.
El Pitazo conversó este 21 de noviembre con Darvis Castro, hermano de la víctima, quien precisó que el menor de edad estaba pescando en una quebrada cuando lo mordió la culebra, el 2 de noviembre. El reptil estaba oculto en una piedra.
Castro refirió que de inmediato llevaron a su pariente al hospital de Guatire. El viaje duró cuatro horas, debido a la distancia entre una ciudad y otra. En el centro de salud le colocaron suero antiofídico; no obstante, el 4 de noviembre, lo trasladaron al Victorino Santaella en Los Teques, porque no mejoraba y su brazo cada vez estaba más morado.
En el hospital de la capital mirandina los médicos decidieron amputar el brazo del niño, quien aún continúa hospitalizado. “Posiblemente mañana le den el alta”, indicó Castro.
El tratamiento médico no brindó resultados
El Pitazo entrevistó este 21 de noviembre a Gregory Flores, representante de la Fundación Vivarium, una Organización no Gubernamental (ONG), sin fines de lucro, dedicada a la prevención de accidentes ofídicos y al apoyo de casos de emergencia.
Vía telefónica, Castro precisó que el día del incidente y en fechas anteriores había llovido en la zona donde reside Dervis Castro.
Según los datos que maneja la fundación, el tratamiento médico que le aplicaron al niño no brindó los resultados esperados, debido a la gran cantidad de veneno que recibió y al tiempo que transcurrió entre el momento de la mordedura y la atención médica. Esta toxina avanzó con rapidez y causó un daño irreversible al brazo de la víctima.
«Al ser mordido doblemente en una misma extremidad se genera un envenenamiento severo que causa una gran edematización, al extremo de crear el síndrome compartimental que no pudo ser tratado. Ello generó un daño tisular y, según nos informaron, la mejor opción de los médicos que lo atendían fue amputarle el brazo y dejarlo con una discapacidad”, explicó Flores.
En opinión de la Fundación Vivarium “con antídotos a tiempo y mejor capacitación en el manejo clínico, las consecuencias de los accidentes ofídicos se pueden detener”. La organización espera que se brinde ayuda a la familia del pequeño para que pueda adquirir una prótesis.
“Es importante que en el país haya un protocolo único de manejo clínico del accidente ofídico. En este caso hubo malas decisiones y no se supo resolver el caso”, indicó Flores.
A propósito de que estamos en época de copulación de serpiente, el rescatista Jacobo Vidarte, especialistas en Análisis de Gestión de Riesgos y Administración de Desastres, publicó información en su cuenta en Instagram sobre cómo mantener alejadas estas víboras y qué hacer en caso de que alguna persona sea mordida por una serpiente.
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