22.6 C
Caracas
jueves, 2 mayo, 2024

La fe nunca muere aunque vayan menos devotos al Nazareno de San Pablo

-

Los devotos de la advocación de Jesús cumplen con la tradición que tiene más de dos siglos, a pesar de problemas como escasez de agua y fallas del transporte público. Según aseguraron, el tiempo pasa, pero la fe queda

.

Cada Miércoles Santo se cumple en la capital con la tradición de visitar y orar al Nazareno de San Pablo, en la Basílica de Santa Teresa, en el casco histórico de la ciudad. La advocación del Jesús que carga la cruz en la espalda es venerada desde hace más de dos siglos en el santuario, construido por orden de Antonio Guzmán Blanco luego de que mandó a destruir el templo de San Pablo ermitaño.

Neida Correa tiene 66 años y lo visita desde hace 20. “No importan los problemas, la fe nunca muere. La fe nunca puede morir”, dijo. Llegó a la misa de mediodía luego de caminar más o menos dos kilómetros desde la parroquia El Paraíso. Esa eucaristía fue la número 12 celebrada en honor al Nazareno este miércoles. Neida lloraba porque, aun con la hiperinflación, la caída del poder adquisitivo y las fallas de los servicios básicos, tiene mucho que agradecer: “Mi nieta, que nació de seis meses, está sana y viene hoy con mi hija. Un sobrino que estaba preso ahora está libre y viene a cumplir. Mi familia está reunida ahora y por eso doy gracias”.


LEE TAMBIÉN: 

CUERPOS DE SEGURIDAD RESGUARDAN BASÍLICA DE SANTA TERESA PARA LA PROCESIÓN DEL NAZARENO

La cola ocupaba la acera entre la entrada de la basílica y el Teatro Municipal, aunque los devotos aseguraban que en otros años había tanta gente que la fila bordeaba toda la cuadra que incluye la sede principal del Saime.

La disminución de visitantes no les impidió a los comerciantes generar suficientes ingresos. Leida Leal tiene 15 años “trabajando para el Nazareno”. Si bien aseguró que hay menos feligreses en la cola, estima apenas una reducción de 30 % en sus ventas. “Debe ser por la falta de transporte, porque a muchos les cuesta llegar hasta acá”. Como la de muchos otros, la fe de Leida tampoco muere.

La fe se manifiesta de diferentes maneras. Un hombre llegó gateando desde la parroquia Candelaria. Dos funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) lo escoltaban y alentaban a llegar al templo. Su cara mostraba dolor, pero al entrar a la basílica, sus músculos faciales se relajaron. No emitía sonidos, pero sus labios se movían en lo que parecían plegarias.

Para Mileida Angula, de 25 años, el Nazareno le concedió la vida de su hija, que ahora tiene tres meses, luego de un embarazo complicado. A causa de un accidente automovilístico que sufrió hace dos años, su pelvis quedó con un defecto que le impide parte de la movilidad de sus piernas. Llegó desde Petare en metro y espera poder pagarle al Nazareno hasta que su hija tenga cinco o seis años. “Siempre, siempre, he tenido mucha fe. Ahora más”.

Miles de venezolanos en las zonas más desconectadas del país visitan El Pitazo para conseguir información indispensable en su día a día. Para ellos somos la única fuente de noticias verificadas y sin parcialidades políticas.

Sostener la operación de este medio de comunicación independiente es cada vez más caro y difícil. Por eso te pedimos que nos envíes un aporte para financiar nuestra labor: no cobramos por informar, pero apostamos porque los lectores vean el valor de nuestro trabajo y hagan una contribución económica que es cada vez más necesaria.

HAZ TU APORTE

Es completamente seguro y solo toma 1 minuto.

Ayúdanos a cubrir todo el país
Hazte Superaliado/a