Caracas.- Bajo el imponente sol del cielo caraqueño y en medio de la euforia de cientos de devotos católicos se celebró la bajada de los Palmeros de Chacao este Sábado de Pasión, una de las actividades culturales más importantes del municipio Chacao que marca el inicio de la Semana Santa y en la que cientos de habitantes de toda la capital se reencuentran con la fe.
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Con la bendición del padre José Clemente, párroco del municipio Chacao, se dió inicio a las manifestaciones culturales y al rito de la procesión. Comenzó desde la entrada del Parque Nacional Waraira Repano (El Ávila) y finalizó en la iglesia San José, ubicada en la plaza Bolívar de Chacao, donde entregaron las palmas para que sean bendecidas y distribuidas el Domingo de Ramos.
El párroco recordó lo importante que es esta actividad para la Iglesia Católica. Le pidió al Jesús sacramentado que bendiga al pueblo venezolano y permita que se manifieste la unidad de todos las personas a pesar de las distintas formas de pensar.
«Todos somos hijos de Dios. En estos días santos espero que nos acerquemos más a él y al prójimo para tener una mejor sociedad», expresó Clemente minutos antes de comenzar la bajada de los palmeros.
La cofradía de los Palmeros de Chacao es también garantía de que la palma bendita llegará a los hogares de los caraqueños que él Domingo de Ramos visitan los distintos templos de la capital a buscarlas.
Dos siglos de tradición y reencuentro
El alcalde del municipio Chacao, Gustavo Duque, expresó su emoción por estar un año más en tan importante manifestación cultural que se realiza desde hace dos siglos. Aseguró que la bajada de los palmeros representa un momento de alegría y reencuentro con la fe.
«Son muchos grupos los que se han reunido para bajar las palmas, así como los palmeritos que se están formando. Nosostros llevamos el legado de los palmeros mayores y demostramos que este Patrimonio Cultural de la Unesco va a seguir adelante», comentó Duque.
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Duque precisó que entre grupos de palmeros participaron en la actividad al menos 350 personas. Además de 150 palmeritos y más de 150 funcionarios policiales que fueron desplegados en toda la ruta por donde se realizó la procesión.
Junto al alcalde se encontraba el palmero mayor, José León, quien tiene 93 años de vida y 85 participando en la actividad. Con nostalgia expresó la alegría de estar una vez más en la celebración que cumple 248 años. También pdió a las nuevas generaciones que respeten esta tradición así como él lo ha hecho.
«Esto nace del corazón y desde la primera vez que vine me gustó. Es muy grande la emoción. Mi consejo a los palmeritos es que aprendan de la tradición como yo lo hice» indicó.
También estuvo presente la señora Antonia García de Delgado, esposa del palmero mayor Ramón Delgado, quién falleció en medio de la pandemia. Indicó que participar en la bajada de los Palmeros de Chacao es una tradición que Dios les puso en el camino y con la que pudieron ratificar su compromiso con la iglesia Católica.
«Los sueños de mi esposo se cumplieron. Él quería que esta tradición fuera patrimonio y se logró (…) Le pido a Dios que me dé fuerzas para mantenerme de pie y estar aquí participando», expresó García.
Historia y celebración
La actividad estuvo llena de cantos y bailes que realizaron los Diablos Danzantes de Yare, los Santos Inocentes de Caucagua, San Pedro de Guatire y los Palmeros de Chacao. Estos forman parte de esta celebración que en 2019 se designó Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Según los relatos de instituciones vinculadas con la manifestación cultural como es el caso del Instituto Nacional de Parques (Inparques), en 1776 una epidemia azotó a Venezuela, por lo que el padre José Antonio Mohedano, párroco de la iglesia de San José, rezaba para que la peste se alejara de los habitantes del sector de Chacao.
Mohedano solicitó que enviaran peones para que subieran a la montaña y bajaran palmas reales para el Domingo de Ramos. Los elegidos hicieron lo solicitado y emprendieron el recorrido entre oraciones y plegarias por el fin de la enfermedad.
En el Domingo de Ramos, de acuerdo con la tradición, todos los enfermos sanaron. Así comenzó una manifestación que perdura entre generaciones de Palmeros en Chacao, quienes además de preservar el sentido religioso tradicional, también ejecutan labores educativas, culturales y ecológicas con el objetivo de conservar el ecosistema montañoso de la ciudad capital.
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