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jueves, 16 mayo, 2024

Comunidad educativa solo considera el regreso a clases con medidas de bioseguridad extremas

Un plan detallado sobre cómo se abordará la situación estructural de los planteles, uno de cómo va a seguir el año escolar garantizando el aprendizaje y un protocolo estricto de seguridad son las solicitudes de padres y representantes para iniciar clases presenciales. Este grupo y los docentes insisten en que no hay condiciones para retornar a las aulas

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Los representantes y maestros venezolanos apuestan a un retorno a las aulas controlado y con medidas de bioseguridad extremas que incluyan un protocolo emanado desde el Ejecutivo, pero sostienen la postura de que es completamente inviable en las condiciones actuales el regreso a clases, en tanto las condiciones no solo de higiene, sino salariales y estructurales en los planteles no estén garantizadas.

Gricelda Sánchez, representante de la Federación de Dirigentes Sociales y coordinadora de la Coalición Sindical Nacional, Sector Educación, descartó cualquier posibilidad de regresar, tanto por la nueva cepa de COVID-19 en Venezuela, como porque cree que hay una vulneración total a los derechos de los docentes.

“El país no está preparado, los maestros no tienen el tapaboca, el alcohol; los alumnos menos. Entonces no existe la posibilidad de regresar presencialmente, ni de manera online tampoco porque aquí eso de la educación a distancia no funciona porque no tenemos las condiciones”, aclaró Sánchez en contacto telefónico con El Pitazo.

La dirigente se refirió a falta de equipo electrónico, a la ausencia de conectividad, la carencia de servicios públicos e incluso a los problemas de alimentación que enfrentan los venezolanos como los obstáculos más difíciles a superar antes de considerar un retorno a clases en forma presencial tal como lo había anunciado el ministro de Educación Aristóbulo Istúriz, quien adelantó la posibilidad de retornar a las escuelas en el mes de abril y posteriormente refirió que se podría mantener la virtualidad durante lo que resta del año escolar 2020-2021.

Desde las instituciones privadas la visión es distinta. Fausto Romeo, presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Educativas Privadas (Andiep), hace referencia a la deserción escolar y la informalidad en la educación que ha generado el cierre de puertas de las escuelas del país.

“Creo que llegó el momento de decir vamos a abrir las escuelas, porque el riesgo no está en las aulas, sino fuera de ellas”, acotó Romeo en entrevista con El Pitazo. Para él, es necesario evaluar si es la pandemia lo que impide la vuelta a clases o algunos otros factores asociados a las condiciones del sistema educativo.

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“Hay que abrir las puertas, de manera parcial, tomando las medidas, de manera descentralizada, progresiva, tomando un protocolo, trabajando con los padres, pero hay que hacerlo de una vez”, explicó el dirigente del sector educativo privado, quien apuntó que, aunque la situación entre docentes de este sector y del público es completamente distinta, se debe considerar que se duplique la cifra de deserción escolar que en 2020 fue de 425.000 estudiantes fuera del sistema, extraoficialmente.

Los padres tienen miedo

Del otro lado de las instituciones educativas, entre los padres y representantes, hay temor por un regreso a clases presenciales que implique el contagio de familias enteras. “La irresponsabilidad del Estado venezolano ante el abandono sistemático y crónico del sistema educativo venezolano solo se ha agravado con la pandemia”, recuerda Nancy Hernández, presidenta y fundadora de la Federación Nacional de Sociedades de Padres y Representantes de Venezuela.

La representante de este grupo considera que la improvisación, la opacidad durante la pandemia y la falta de un protocolo para la reapertura de las escuelas solo ha perjudicado más el ya deteriorado sistema educativo venezolano, en donde antes de la pandemia había instituciones que debían incumplir con los 200 días reglamentarios de clases por problemas eléctricos y con otros servicios básicos.

“El acto educativo presencial es insustituible y lo que debería estar haciendo el Estado es hacer un balance sobre la situación en la que se encuentran los más de 28 mil planteles del país”, añadió Hernández, para quien el protocolo de seguridad debe ser emanado desde el Ministerio de Educación, misma instancia que debe proveer todos los implementos mínimos para garantizar la bioseguridad.

En este sentido, aclaró que no es responsabilidad de los padres y representantes proveer a las instituciones del país de material de limpieza, gel o mascarillas, cuando esto debería estar presupuestado en los recursos escolares.

“Queremos que nuestros hijos vuelvan a clases, pero entendemos que siendo un derecho fundamental pasa también por el derecho a la vida que debe garantizarse. Por eso pedimos puntualmente: presenten plan detallado sobre cómo se abordará la situación estructural de los planteles, un plan de cómo va a seguir el año escolar garantizando el aprendizaje de los muchachos y un protocolo estricto de seguridad. Si eso no existe, ningún padre mandará a sus hijos a la escuela”, puntualizó Hernández.

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