Caracas.- El 19 de abril, día en que se conmemoraron los 209 años de la independencia de Venezuela, hubo dos cabildos. Uno en la Plaza Bolívar de Chacao, en el que Juan Guaidó habló de organización ciudadana para lograr el cese de la usurpación. Otro, en la Plaza Bolívar de casco histórico de Caracas. Allí, la alcaldesa del municipio Libertador, Érika Farías, anunció la creación de una comisión que iniciará el proceso para el cambio del himno, la bandera y el escudo de la capital.
Julio Martínez, habitante de la parroquia San Juan, considera que cambiar los símbolos de Caracas es destruir una parte de la historia. “Somos el producto de la colonización, así como de nuestras raíces indígenas; no se puede negar ni una cosa ni la otra”, dijo. Para él, Caracas, que cumple 452 años en julio, debe conservar los valores que forman parte de la cultura capitalina desde su fundación.
Servicios públicos son prioridad
Sin embargo, cree que hay que hablar más de las etnias venezolanas y aprender sobre ellas. “Se pueden incluir símbolos indígenas, pero no se puede destruir la historia”. Además, para Julio, el municipio gestionado por Farías tiene necesidades que son prioridad, como la recuperación de espacios, reparación de las calles, avenidas y aceras y la instalación de alumbrado. “Es proselitismo político, nada más”, opinó.
Emerio Quintero, de la parroquia Catedral, aunque se identifica con el chavismo, concuerda. Para él, la alcaldesa debería solucionar los problemas con los servicios básicos, sobre todo el transporte público y el agua; concentrarse en una comisión para cambiar los símbolos caraqueños, le parece una pérdida de tiempo. Aunque, considera que, si el país tuviera condiciones de vida óptimas, estaría de acuerdo con el cambio: “A veces hay que cambiar las cosas para verlas desde otra perspectiva”.
Para Lenis Contreras vive en La Pastora y considera que la comisión para el cambio de los símbolos es una excusa para “robarse más dinero público”. En la parroquia en la que reside desde hace 27 años, la falta de iluminación en las calles y el deterioro de las vías ha aumentado la inseguridad y ha ocasionado el abandono de los espacios públicos como las plazas y los bulevares. “Con tantos problemas que tenemos en Libertador, ¿se van a concentrar en eso?”, se queja. En el casco histórico de La Pastora, solo pintan las aceras ocasionalmente. No le resta importancia a los ancestros indígenas y sus símbolos, pero el escudo, la bandera y el himno de Caracas tienen un valor histórico que no se puede borrar.
Para todos los gustos
Aunque algunos sí apoyan los cambios. Daisy Villegas, de la parroquia Antímano, se alegró con la sustitución del León de Caracas en la autopista Valle-Coche por la cacica Apacuana en diciembre de 2018, y se alegró ahora, con el anuncio de Érika Farías. “A nosotros nos engañaron con la historia. No se consideraron a nuestras comunidades indígenas y se apoya la colonización española. Debemos recuperar la raza india”, dijo. Para ella, es grave que los caraqueños desconozcan los símbolos de la ciudad, hay que educarse, consideró. Aunque admitió que muchos tienen razón al manifestar su rechazo por pretender cambiar los símbolos y no atender las necesidades del municipio.