Caracas.- Los vecinos del sector Altavista en Catia tienen cinco años exigiendo a las autoridades que reparen eficientemente una alcantarilla, ubicada en la avenida principal de Altavista, que cubre un túnel de trasvase por donde corren aguas negras del sector.
La profundidad del túnel es de 30 metros y desemboca en la quebrada Tacagua. «En este momento, en el año 2019, lo que demuestra esa alcantarilla, que no está reparada, es la ineficiencia, indiferencia y piratería de una institución que debe saber, mejor que nosotros, que eso no es un simple hueco sino la descarga de todas las aguas servidas de Altavista», dijo Mariángela González, presidenta de la organización Catia Posible y líder comunitaria.
Entre 1981 y 1983 la comunidad vivió una inundación de aguas negras en la calle Guayaquil y la calle Estadium de Altavista. Esto ocasionó que los vecinos indagaran acerca del origen de la avería y, de la mano del Colegio de Ingenieros, notaron que necesitaban crear un túnel que transportara a nivel subterráneo las aguas servidas del sector hacia la quebrada Tacagua.
La inundación alcanzó un metro de altura y tuvieron que crear un puente de madera para que algunos vecinos pudieran salir de sus casas. Después de esa experiencia se creó el túnel de trasvase, con apoyo de la alcaldía, y se puso una alcantarilla para tapar el acceso al mismo desde la avenida principal.
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Debido a la cantidad de tránsito de la avenida, la alcantarilla se daña con frecuencia y los vecinos denuncian que las reparaciones que le hacen no son de calidad.
María Sontanela, vecina de la zona que tiene 50 años viviendo en Altavista, dijo que «tienen que venir a arreglar el hueco antes de que se caiga alguien o un carro ahí y ocurra una desgracia». Explicó que hay vecinos que ponen escombros en el intento de tapar el hueco porque las autoridades no han atendido sus exigencias de reparar la alcantarilla.
«Ese problema tiene como 20 años, vienen a arreglarlo y siempre se vuelve a dañar la rejilla por el peso de los camiones que aquí transitan», dijo otra vecina que prefirió no identificarse.
Entre los principales riesgos que implica esta situación es que puede haber un accidente mortal, de una persona o un vehículo, además de que la zona está impregnada de «olores putrefactos que salen de la alcantarilla», dijo la vecina.
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«Si esa alcantarilla está bien reparada dura un año y medio, el problema son esos paños calientes que hacen que no reparan la situación», dijo González. Detalló que constantemente asisten a la Alcaldía de Caracas, específicamente a la Oficina de Gestión Urbana y a los medios de comunicación para llamar la atención acerca del grave peligro que ocasiona el no reparar la alcantarilla.
«Nosotros pagamos impuestos y le queremos exigir a la alcaldía que nos devuelva en impuestos lo que pagamos. Ese hueco no es una manía, es una exigencia real, no queremos seguir perdiendo condiciones de vida y no puede ser que la alcaldía que más recursos recibe del gobierno nacional nos siga dejando al margen», manifestó Mariángela González.
En la avenida principal transitan con frecuencia camiones de gas, de agua y del aseo, es además una doble vía y por ahí pasan dos rutas de autobuses. Alrededor del hueco, así bautizado por la comunidad, hay un estacionamiento, una venta de cartón y había un refugio de personas de la tercera edad, el que se vio sumamente afectado por la avería en algún momento.
«Los ancianos del refugio tuvieron que mudarse a otra ala del edifico, porque en el ala que estaban se impregnaban del olor putrefacto de las aguas negras y eso afectaba su salud; el gran problema es que justo en esa parte estaba el comedor», explicó la vecina que no se identificó.
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El refugio, por otras razones, ya no existe. «Los causantes de que eso se dañe a cada rato es la empresa ‘Grúas Mendoza’, porque sus vehículos pesan muchísimo», dijo Manuel Son, vecino de Altavista.
El problema de la basura es uno de los problemas que dicen haber resuelto como comunidad. Mariángela González explicó que hasta el año pasado había seis camiones de basura que ocasionaban que la gente desechara escombros en las alcantarillas, lo que ocasionó otra inundación.
En esa oportunidad, un vecino, amarrado con una guaya, tuvo que sumergirse en una alcantarilla y destaparla. Acto seguido, exigieron que se quitaran los camiones de basura y que el aseo pasara dos veces a la semana y así es en la actualidad.
Sin embargo, lo mismo no ha sucedido con la alcantarilla que cubre el túnel de trasvase. Los catienses que transitan la zona viven con la angustia constante por el peligro que representa el hueco. Se han reunido, han manifestado y han alzado su voz, pero manifiestan que no han sido escuchados.
«Estamos a 20 cuadras de Miraflores, pero bien lejos de las acciones de Miraflores», expresó González, quien es la voz de una comunidad que se esfuerza por mejorar sus condiciones de vida.
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