Caracas.- Dieciocho días han pasado desde que en la red social X Michelle Artiles, una mujer trans, fue tendencia.
Denuncias sobre abusos, violaciones, maltratos, manipulaciones y estafas, presuntamente cometidos por quien se hacía llamar @migurcita en las redes sociales, desataron el 17 de agosto una ola de comentarios que iban desde apoyo a las víctimas hasta ataques a la población LGBTIQ+ porque Artiles no solo formaba parte de la comunidad, sino que era activista.
Un día después, el 18 de agosto, el fiscal general, Tarek William Saab, escribió en su cuenta X: “#Designada Fiscal 98 Nacional en #DDHH para #investigar los hechos denunciados públicamente contra el sujeto identificado Michelle Artiles: quien valiéndose de un presunto activismo social: accede a las víctimas suministrándole drogas y bebidas alcohólicas con el objetivo de abusar sexualmente de ellas”.
El equipo de El Pitazo se acercó hasta la fiscalía 98, en el edificio Ferrenquín de La Candelaria, en Caracas, para consultar sobre el estatus de la investigación en este caso, pero el personal indicó que no podían suministrar información.
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También se contactaron a personas que habían denunciado a Artiles a través de la red social X y una de ellas dijo que prefería no pronunciarse “por temas legales y de seguridad”. Otras no respondieron.
El encargado de la Unidad de Atención Psicolegal del Observatorio Venezolano de Violencias LGBTIQ+, Jeffrey Rodríguez, conversó vía telefónica con El Pitazo y puntualizó que la presentación de una denuncia es un requisito irrenunciable para el caso de Michelle Artiles, porque sin esa formalidad la Fiscalía solo puede investigar, pero no proceder de oficio.
“Solo sabemos que algunas personas fueron convocadas por el Ministerio Público a declarar, pero eso no supone la interposición de denuncia formal”, dijo el abogado que integra el equipo del OVV LGBTIQ+.
La atención de esta organización, dijo, va dirigida a ofrecer apoyo a esas personas que fueron agredidas, lastimadas o violentadas. El abogado destacó que las actuaciones que toman contra los agresores son temas que manejan a lo interno pues en algunos casos no pueden informar porque no cuentan con el consentimiento del sobreviviente.
Se necesita la denuncia
El representante del OVV destacó que en el caso de la organización que representa y el de otras instituciones receptoras de este tipo de casos, solo pueden actuar si hay una denuncia de la víctima y tener su consentimiento.
“Desde el OVV LGBTIQ+ no teníamos conocimiento de ningún caso relacionado con Michelle Artiles por motivo de violencia, abuso, etc. Sin embargo, posterior a que salieron las denuncias, ciertas personas se comunicaron con nosotros diciendo que tenían información sobre situaciones previas que involucraban a esa persona”, destacó Rodríguez.
“Muchas personas podían saber algo pero esto pudiese no servir de mucho porque, al final, la que decide sí esto se hace público, se denuncia, o se lleva a alguna instancia es la persona afectada. Eso es algo que seguimos de acuerdo a estándares internacionales en materia de derechos humanos”, explicó el abogado.
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El temor a la denuncia
Las acusaciones en contra de la mujer trans y activista, Michelle Artiles, en redes sociales fueron también una vitrina para mensajes de odio, transfobia y prejuicios contra la comunidad LGBTIQ+. El miembro del Observatorio afirmó que “hubo mucho odio en redes, lo cual no aporta nada a los sobrevivientes”.
El también coordinador del OVV LGBTIQ+, Jeffrey Rodríguez, destacó que algunas personas sobrevivientes o víctimas no denuncian porque le temen al sistema de justicia venezolano y no quieren que, en vez de ser escuchadas, sean discriminadas por sus preferencias sexuales.
“No se sienten preparadas para enfrentarse a un sistema de justicia discriminatorio, el proceso es interno, individual y deben tener herramientas psicológicas”, enfatizó.
Ante estos casos sugirió que toda persona de la comunidad LGBTIQ+ que sea víctima de alguna agresión debería buscar apoyo con un equipo que le brinde información detallada y sensibilizada sobre el caso.
Destacó que es la primera vez que registran un caso como el de Michelle Artiles y que esta respuesta de odio es la responsable del temor de las víctimas y sobrevivientes a presentar sus denuncias.
“La revictimización por parte de las personas que saben del caso es uno de los principales motivos por los que las víctimas no denuncian; el acoso y la violación a la privacidad también influyen”, mencionó Rodríguez.
Revisión a lo interno
“Lo peor a lo que tuvimos que enfrentarnos fue a esa tela de juicio, cuestionan si de verdad hacemos el trabajo, cómo lo estamos haciendo y el tema de la complicidad, que es falso”.
Rodríguez se refiere a todos los comentarios que recibieron las organizaciones que apoyan, ayudan y defienden a las personas LGBTIQ+ cuando el caso se volvió tendencia.
Artiles también causó daño a la población LGBTIQ+, que ya es vulnerable de ataques y de fobias por el activismo que decía y que hizo que se tildara de cómplices a quienes tienen organizaciones y trabajan por los derechos de esta comunidad, refiere.
Rodríguez destacó que las acciones por las que señalan a Artiles son individuales y que la única responsable fue la persona que las cometió. Es decir, son ajenas a la comunidad LGBTIQ+.
Estos hechos también representaron un llamado a revisar quiénes son las personas que ejercen la vocería, en esos espacios de sensibilización, de formación y poder, para que sea lo más diverso posible.
El coordinador del Observatorio de Violencias LGBTIQ+, Yendri Velásquez, escribió un hilo ese mismo 17 de agosto en su cuenta X:
“Nadie está exento de replicar violencias y esquemas de discriminación, pero cuando decides ser activista es necesario que constantemente profundices tus procesos de deconstrucción de prejuicios y desnaturalices la violencia. Ser coherente es una tarea diaria”.
El mensaje de cierre destaca: “Esto no nos protege de nada. Seguramente hemos sido agresores o facilitado agresiones y esto nos debe interpelar. Revisarnos sobre lo que hacemos o hemos dejado de hacer, no pa’ cuidar ‘reputación’ sino para no hacer daño”.
El movimiento Somos, que agrupa a activistas y defiende derechos civiles LGBTIQ+ en Venezuela, publicó en X:
“Lamentamos que estos hechos fuesen un secreto a voces en distintos espacios en Caracas y se mantuvieran ignorados. El silencio es garantía de impunidad. Esperamos que estos actos sirvan para fortalecer el compromiso de todos con la construcción de espacios realmente seguros”.
A efectos de este trabajo, El Pitazo contactó a la ONG Girl Up Venezuela, un movimiento que “une a los jóvenes para alcanzar la igualdad de género” y en la que Artiles era presidenta del Consejo de Liderazgo para conocer sus impresiones, pero no se obtuvo respuesta.
El 17 de agosto, en su cuenta de X, publicaron un comunicado en donde la destituyen de sus responsabilidades y afirmaron que no tenían conocimiento de “las acusaciones y testimonios que se han hecho públicos contra Michelle Artiles. Por respeto a las víctimas, Michelle fue expulsada del club”.
Rodríguez afirmó que los cuestionamientos y señalamientos de complicidad son falsos e incluso se aplicó un discurso en contra de las organizaciones de derechos humanos.
Recalcó que la atención que desde el OVV LGBTIQ+ se ofrece va dirigida directamente a la víctima, la persona afectada, al sobreviviente o la sobreviviente de violencia.
Dónde acudir si eres víctima
Si eres víctima de violencia y necesitas apoyo psicológico y atención legal, te dejamos algunos datos: el centro de Justicia y Paz @_CEPAZ tiene estos contactos telefónicos para ayudar.
El Observatorio Venezolano de Violencias LGBTIQ+ ofrece apoyos psicológico y legal a víctimas y tienen una guía de autocuidado para ayudar con el proceso.
También el Movimiento de activistas @SomosMov, que defiende los derechos civiles LGBTIQ+ en Venezuela. Tiene esta línea de contacto y apoyo jurídico gratuito.
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