Adultos mayores con Alzheimer viajaron a sus recuerdos al preparar hallacas

Cuidar a los adultos mayores con trastornos neurocognitivos implica una serie de atenciones clínicas, pero también algunos elementos que le hagan más feliz y viajar en un mundo de gratos recuerdos. En la época decembrina, en el Hogar La Ponderosa se las ingeniaron para involucrar a estas personas en las tradicionales preparaciones, como lo es hacer las hallacas.

Para una persona con Alzheimer -padecimiento de la mayoría de adultos mayores en La Ponderosa – es difícil involucrarse en actividades que no recuerdan cómo hacer. También olvidan gran parte de las experiencias que han tenido a lo largo de sus años, incluso hasta a sus familiares más cercanos.

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Por ello, la directiva y el personal que hace vida en este hogar, decidieron salirse de la rutina y poner a todos los huéspedes -palabra que usan para llamar en La Ponderosa a los pacientes residentes– en una amplia mesa para hacer las hallacas con las que celebrarán los días más esperados de diciembre, la Navidad y el Año Nuevo.

La idea de esta actividad es que cada uno de los residentes recordara cada paso de la preparación de la protagonista del plato navideño. Con ayuda del personal de enfermería y cocina, junto a la directora de la institución María Edith Anselmi Rizo, las ancianos comenzaron con la limpieza de las hojas en medio de una dinámica en la que se les preguntaba qué ingredientes lleva la hallaca.

Los siguientes pasos eran extender la masa en la hoja, agregar los ingredientes, envolver y amarrar, todo con ayuda del personal encargado. Al comienzo para los huéspedes era una actividad extraña, pero mientras limpiaban las hojas cada uno recordó algo de las tradiciones decembrinas, incluso las vivencias que cada uno pudo tener en su vida.

El amor a los adultos mayores entra por la cocina

Algo que caracteriza al Hogar La Ponderosa es la forma de sorprender a sus residentes con una buena comida. El lema de la chef Valentina Toro es: «El amor entra por la cocina», y qué mejor manera de consentir y darle cariño a cada uno de sus residentes que con una deliciosa alimentación.

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Desde 2019, cuando abrieron las puertas de este hogar, Toro se encargó de seleccionar ingredientes atractivos y nutritivos, de prepararlos y hasta de alimentar directamente a los residentes. Ese contacto directo aumentó su sensibilidad hacia el cuidado del adulto mayor. Se dedicó totalmente a la cocina para hacerles desayunos, almuerzos, cenas y meriendas.

El humor que tiene una persona al momento de cocinar juega un papel importante, debido a que se ve reflejado en la cocina. «Si uno está alegre y tiene buena vibra, eso se traslada a cada creación y quienes comen esos platos van a estar felices y satisfechos», comentó Valentina Toro. 

«Siempre preparo menús con los que ellos se sientan confortables. Es decir, comida casera y balanceada. Y aunque algunos tienen unos gustos particulares, a todos les encanta en el desayuno las mermeladas, eso no puede faltar jamás, por ejemplo. Lo que hago es hacer una buena distribución de macronutrientes y logro que las comidas sean completas: carbohidratos, grasas, proteínas vegetales», explicó la chef.

Actualmente, Valentina no está a diario en La Ponderosa, pero sí se encarga de hacer el menú diario, de chequear que estén todos los nutrientes y de que las cocineras les den esas dosis de cariño a cada preparación. Ese toque de amor además está impregnado del aroma natural que brindan los árboles frutales que rodean esta casa.

Atención especial y acompañamiento

Actualmente en el Hogar La Ponderosa atienden a 13 pacientes que ingresaron a la institución y están en el lugar de forma permanente. Reciben dedicación especial, acompañamiento y atención de cada uno de los especialistas durante las 24 horas del día. También se encargan de la atención daycare de los adultos mayores, dependiendo de las necesidades de cada paciente y su familiar.

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Desde hace tres años en este hogar se especializan en la atención neuropsicológica de los residentes. Sus fundadores se dieron cuenta que en el país hay pocos centros que se dedican a preservar la calidad de vida de los adultos mayores con trastornos cognitivos, de acuerdo con María Edith Anselmi Rizo, directora de la institución.

En este lugar se encargan del acompañamiento de pacientes para evitar que avance de manera rápida el deterioro inherente a las enfermedades neurocognitivas degenerativas. Hacerles compañía, recrearlos, ponerles música, vestirlos bonito y peinarlos son parte de las actividades que distintos especialistas les realizan.

Las enfermedades más atendidas son la ataxia de Friedreich, la demencia con cuerpos de Lewy, la enfermedad de Huntington, el Parkinson y el Alzheimer. Estas son patologías que en su mayoría no tienen cura y de manera progresiva afectan al cerebro humano, ocasionan fallas del lenguaje o de la memoria al momento de razonar, además de limitaciones en el movimiento.

Otra de las actividades fundamentales que realizan en este hogar es ofrecer información al familiar del paciente. Todo lo relacionado a la enfermedad, cómo manejar la situación y qué esperar de la misma.

María Anselmi indicó que en La Ponderosa tienen capacidad para 16 personas y se encuentran habilitando otro espacio para elevar su cobertura a 22 pacientes. Espera que hogares como este se habiliten en el país para atender a los adultos mayores de forma oportuna y diagnosticar a tiempo la enfermedad.