La cantautora colombiana y expareja del futbolista Gerard Piqué dejó en Venezuela una guitarra firmada, que terminó en las manos del mandatario venezolano

Foto: cortesía Carlos Sánchez

Tuvo Piqué que cometer una indiscreción tal como el adulterio para que Shakira se convirtiera en tendencia mundial durante las últimas dos semanas. Fuera de los reflectores, los escenarios y la persecución del fisco español, Shakira Isabel Mebarak Ripoll es sencillamente la madre de Milan y Sasha, alejada de cualquier tipo de controversias que no tengan que ver con la evasión de impuestos.

La barranquillera, embajadora de buena voluntad de Unicef, empresaria y quien puso de moda la danza árabe gracias a Ojos así, vino a Venezuela en muchas oportunidades. Una de ellas fue en 2006 con el Tour Fijación Oral, en el que se presentó en la base aérea de La Carlota. Otra significativa fue en 2011 con Sale el sol World Tour, en el estadio de la Universidad Simón Bolívar.

La pequeña Shakira -mide 1,57- es todo risas y carisma en el escenario. Fuera de él, el silencio. Lo poco que recuerda Carlos Sánchez, fotógrafo de profesión, es precisamente su inaccesibilidad. “Cuando es tan difícil acercarse a un artista usualmente no es por él mismo, sino por la gente que le rodea”. Pero también recuerda una regla que suele olvidarse con frecuencia, y que va atada a la naturaleza humana y terrenal: “todos los artistas tienen su límite de simpatía”.

Foto: cortesía Carlos Sánchez
Foto: cortesía Carlos Sánchez

Shakira no comparte con los fanáticos, no firma nada. Por eso causó tanta sorpresa cuando Hugo Chávez agradeció públicamente a la cantautora por haberle obsequiado una guitarra eléctrica color rojo encendido.

Una nota del diario ABC con fecha del 16 de mayo de 2011 recoge las declaraciones del fallecido mandatario en cadena nacional, caracterizado por sus extensas alocuciones y sus dotes histriónicas al momento de abordar cualquier tema. “Estuve practicando anoche algunas viejas canciones y un corrido mexicano (…) Ahora practicaré el Waka-Waka ¿se dice así, no?”.

Según los rumores, uno de los grandes coleccionistas de guitarras firmadas es precisamente Santiago Otero, presidente del Grupo Evenpro, tiene una extensa y valiosa colección de guitarras autografiadas por los más diversos artistas que han pisado Venezuela en su era de oro, y en la nueva ola que está por venir. Pero no existe registro (al menos fotográfico) de la cantante firmando guitarras en el backstage de sus conciertos, o ya dentro del hotel.

¿Cómo llegó la guitarra roja a La Casona? Poco o nada se sabe.

Poco después el equipo de prensa de Shakira negó que le haya regalado el infame instrumento al presidente venezolano, y aclaró que se trataba de un obsequio a los organizadores de su gira. “Queremos comunicar que durante su concierto en Venezuela, Shakira firmó seis guitarras a petición de los organizadores del evento”, rezaba parte del comunicado emitido en su momento.

Así acabó la historia de Shakira y la famosa guitarra color rojo. La cantante colombiana estaría dentro del grupo de artistas confirmados para cantar en el país en los próximos meses. Si firma otra guitarra para la actual administración, tendríamos el desenlace de esta historia que comenzó en 2011, y que aún se mantiene como una leyenda más de la cultura pop venezolana.

Foto: cortesía Carlos Sánchez

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