20.5 C
Caracas
martes, 21 mayo, 2024

Marina Baura, sin besos memorables

En La usurpadora logró hacer dos papeles al mismo tiempo, y sin mucha técnica ni magia en la televisión. La actriz se consagró al asumir aquellos roles contrapuestos de dos hermanas gemelas, además de otros que se convirtieron en éxitos rotundos en La indomable, Valentina, Doña Bárbara, Mabel Valdez, periodista, Chao Cristina y Natalia de 8 a 9

-

El papel y el talento que acompañó a las actrices de nuestro país durante los 40 años del dominio que ejerció la novela venezolana en la televisión, han marcado profundamente el imaginario colectivo. La pantalla permitió, a partir de los años 50, darle rostro a unos talentos que acompañaban desde la radio en los horarios estelares durante la década anterior.

Una de estas figuras inolvidables es Marina Baura. Aunque como ella afirma, nunca hubo durante su actuación “besos memorables”, en las 29 telenovelas que protagonizó se lució junto a Gustavo Rodríguez, José Bardina y Raúl Amundaray, entre otros. Tuvo la oportunidad, de la mano de José Ignacio Cabrujas, de interpretar tres dramáticos que fueron un éxito de audiencia: Natalia de 8 a 9, Mabel Valdéz, periodista y Chao Cristina, que introdujeron lo que se llamó la telenovela cultural: “Imagínate qué lujo, un intelectual prestado al mundo de las telenovelas”, respondió al ser consultada sobre su escritor preferido.

Las telenovelas son dramas que requieren de actores que caractericen con talento y convicción cada escena de la historia hasta poseer al espectador, aunque todas las escenas se desarrollen en un solo estudio de grabación. Cada libreto posee características particulares a la trama que se ofrece.

En La usurpadora, transmitida por Rctv (1971) logró hacer dos papeles al mismo tiempo, y sin mucha técnica ni magia en la televisión, la actriz se consagra para asumir aquellos roles contrapuestos de dos hermanas gemelas. Antes había protagonizado en Venevisión junto a José Bardinas la novela que la lanza a la fama Lucecita (1967). Otros éxitos fueron La indomable, Valentina y Doña Bárbara.

Compartió escenas en la patalla con la diva Mexicana, María Félix. Raúl Amundaray y José Bardinas eran su par de protagonización. También Carlos Márquez y Gustavo Rodríguez.

La musa de  Salvador Garmendia, Ibsen Martínez, Cabrujas, Delia Fiallo y Ligia Lezama, fue la escogida por su actuación fresca y espontánea, para darle el giro a las telenovelas cuyos libretos  mostraban hasta ese momento una temática doméstica. Esos primeros pasos dados a principio de los años 80 sirvieron de plataforma para el surgimiento de una generación de escritores quienes  con su pluma marcarían las nuevas historias dramáticas y de comedia. Despuntan así Julio César Mármol, Fausto Verdial, Humberto “Kiko” Olivieri, César Miguel Rondón, Pilar y Mariela Romero, María Elena Ascanio y sin abandonar el cine, Román Chalbaud.

Una ceja levantada, mirada intimidante, la maldad fría y estratégica encarnada cientos de veces en mujeres, quienes llevaban sobre sus hombros, el lado maniqueo de la vida en televisión: las villanas, la antagonista, la tercera punta del trío protagónico.

Marina Baura junto a Doris Wells representan la época de oro de la televisión venezolana por el histrionismo y la fuerza de sus personajes. Sus nombres quedaron asociados al rol protagónico por excelencia de los principales dramáticos producidos durante las décadas de los 70 y los 80. Sus rostros personificaron también la maldad: Marina Baura demostró su capacidad histriónica con el doble rol de Rosalba Bracho y Alicia Estévez en la primera versión de la telenovela La Usurpadora, transmitida en 1971. La protagonista y antagonista fueron perfiladas con tal maestría que parecían dos personas con un mismo rostro. Y luego Baura se convirtió en una de las más grandes villanas, la más propia y representativa de la literatura venezolana, Doña Bárbara, a la que interpretó en la versión de televisión que se hizo del clásico de Rómulo Gallegos, realizada por José Ignacio Cabrujas en 1975.

Marina fue tendencia y recordada cuando Luis Olavarrieta publicó una foto con ella en su cuenta de Instagram | Foto: Cortesía

Miles de venezolanos en las zonas más desconectadas del país visitan El Pitazo para conseguir información indispensable en su día a día. Para ellos somos la única fuente de noticias verificadas y sin parcialidades políticas.

Sostener la operación de este medio de comunicación independiente es cada vez más caro y difícil. Por eso te pedimos que nos envíes un aporte para financiar nuestra labor: no cobramos por informar, pero apostamos porque los lectores vean el valor de nuestro trabajo y hagan una contribución económica que es cada vez más necesaria.

HAZ TU APORTE

Es completamente seguro y solo toma 1 minuto.

Ayúdanos a cubrir todo el país
Hazte Superaliado/a