Voz, dicción, carácter, imagen y fuerza en los parlamentos acompañaron el desarrollo de tramas en torno a personajes creados por la musa de Delia Fiallo, Ligia Lezama, Salvador Garmendia, Ibsen Martínez, Cabrujas y César Miguel Rondón, entre otros

La consagración de una primera actriz está definida por el carácter que le imprime al rol que le corresponde desempeñar. La televisión venezolana evolucionó de la radio desde 1953, cuando comenzaron las transmisiones en vivo de las telenovelas en blanco y negro por espacio de 15 a 20 minutos hasta las grabaciones y transmisiones editadas y en color.

La década de los ochenta permitió el surgimiento, con talento y profesionalismo, de extraordinarias figuras que provenían de la radio y el teatro. Voz, dicción, carácter, imagen y fuerza en los parlamentos acompañaron el desarrollo de tramas en torno a personajes creados por la musa de Delia Fiallo, Ligia Lezama,  Salvador Garmendia, Ibsen Martínez, Cabrujas y César Miguel Rondón, entre otros, quienes ponían su punto distintivo en libretos que hasta hoy viven en el recuerdo de varias generaciones.

Mujeres con supremacía

Román Chalbaud dio a Julia Pérez el nombre artístico de Marina y ella adoptó la B de su padre, Benito, y el nombre de su madre, Aura, para ser Baura a comienzo de los años sesenta en la película Cuentos para mayores. De esta forma se consagra, hasta el punto de que José Ignacio Cabrujas escribió guiones pensando en ella.

Sin besos memorables, la recordada actriz se lució junto a José Bardina, Raúl Amundaray y Gustavo Rodríguez. En La usurpadora hace dos papeles diferentes al mismo tiempo, cuando en la televisión no había mucha técnica ni magia, y asumió roles contrapuestos de dos hermanas gemelas cuyas ambiciones las hacía diferentes; por tanto, estudió dos libretos que dieron fuerza en la actuación. 

Marina Baura era la figura estelar de La indomable, Lucecita, Valentina, Emperatriz, Mabel Valdez, Chao, Cristina y Natalia de 8 a 9, producciones que junto a varias miniseries, como Doña Bárbara, Sobre la misma tierra, Canaima, La hora menguada, entre otras, marcaron la época en la que el rating se lo llevaba Radio Caracas Televisión (Rctv) en producción de dramáticos.

Alterna en la pantalla Doris Wells, quien se convierte en referente al protagonizar roles atractivos con diversos parlamentos y estilos, lo que permitió que no se encasillara. Siendo muy joven llega de Caripito, estado Monagas, a la capital de los techos rojos para terminar sus estudios de bachillerato. Se consagra en la Historia de tres hermanas como antagonista de Eva Blanco y Eva Moreno. En Raquel demuestra su capacidad para la actuación; luego de interpretar papeles de malvada logra conectar con las audiencias con la historia rosa de Raquel Rivera.

Wells se inmortaliza en La fiera interpretando a Isabel. Le favoreció ser oriental para impregnarle al personaje el acento de esta región del país. Una artista con los pies rotos en la escena en la que destroza la bodega de La Chinga (Romelia Agüero), hace ver que por encima del dolor causado al pisar vidrios se erguía la señora actriz que inmortalizó reveladores personajes en La señora de Cárdenas, como Pilar, y en ¿Qué pasó con Jacqueline?, como Ana y Jacqueline, una nueva versión de La usurpadora.

Damas con clase

Delia Fiallo mostraba su tino para escoger a las protagonistas de sus guiones. La escritora cubana había consagrado a Chelo Rodríguez, venida del modelaje y sin perfil protagónico, como Rafaela en el canal Venevisión; sin embargo, mucho antes Lupita Ferrer y Rebeca González marcaron la pauta para competir con el canal Rctv.

Llegada de Maracaibo, Yolanda Guadalupe Ferrer sabía que su perfil como actriz estaba por escribirse. Inicia su carrera en la década de los sesenta al interpretar a Doña Barbara en la versión para radio hecha por Delia Fiallo e incursiona en el género dramático en los setenta con Esmeralda, Mi hermana gemela, Mariana de la noche, La Zulianita, Julia y Ligia Sandoval. En 1985, siete años después de un breve paseo por Hollywood, protagonizó Doña Perfecta junto a Daniel Alvarado en la pantalla de Venezolana de Televisión (VTV), para después internacionalizarse al personificar a Victoria Ascanio en Cristal.

Con tan solo tres años de edad, Rebeca González hizo sus primeras apariciones en Rctv recitando poemas y versos. Protagonizó a los 18 años La rival en Venevisión y en VTV hizo El milagro de Lourdes y Páez, el centauro del llano. Regresa al canal de La Colina, donde protagoniza La Consentida de papá y forma parte del reparto de María Teresa. Fiallo observa el talento y le da el papel de Gisela y Miriam Mendoza en Peregrina a la actriz, que luego alcanza la inmortalidad como Una muchacha llamada Milagros. Compartió protagonización con Libertad Lamarque en Mamá y participó en La otra junto a la mexicana Claudia Islas. De regreso a Rctv participa en La comadre, De su misma sangre, Cara a cara y Días de infamia.

Rostros a color

El acompañamiento como contrafiguras consagró la actuación de otros talentos. Ya la pantalla de la televisión lucía en color desde que el gobierno de Luis Herrera Campins había autorizado las transmisiones superadas todas las pruebas. Flor Núñez, quien venía de hacer papeles secundarios en La Zulianita y Emilia, despunta en Buenos días, Isabel, por Venevisión. De allí en adelante  demostró las cualidades artísticas como antagónica en La inolvidable, Las Amazonas y El desprecio. En cada actuación edificó en su entorno el dominio y el talento de ser buena para el personaje que le diera el libretista.

Fue en la década de los ochenta cuando se hicieron producciones de alta factura que después se comercializaron internacionalmente. Venezolana de Televisión se metía en la competencia con los canales comerciales Radio Caracas Televisión y Venevisión. Luego de La Sultana Ifigenia, y de morir en el primer capítulo de La mujer sin rostro, La dueña glorificó a Amanda Gutiérrez (Adriana Rigores).

El guion original con el que se lució Amanda Gutiérrez era compartido entre Cabrujas, Julio César Mármol, Enrique Arenas y Reinaldo Rodríguez. Con mucho talento le corresponde personificar a una joven huérfana que hereda la fortuna de su padre, y por los intereses de familias poderosas de su entorno la encierran en un manicomio, del que huye; luego es dada por muerta tras un accidente. Se va a París y regresa meses después a Caracas como Ximena Sáenz. Magistralmente, la protagonista ejecuta la venganza planificada contra quienes la encerraron y también para ayudar a sus antiguos amigos. “Se dan las tres etapas en la trama: el amor inocente de una joven, las patologías propias en un manicomio y, finalmente, la venganza”, señala la actriz.

Además de Doña perfecta, otra producción sostiene el talento de figuras en VTV: El hombre de hierro, con Rebeca González, figura protagónica que venía de Venevisión.

Luego de hacer papeles secundarios, Pierina España aparece en los capítulos finales de El derecho de nacer, de la que Conchita Obach quien se consagró por su papel como Isabel Cristina Castillo del Junco, recordó que trajo al elenco muchos éxitos. Desde joven, Pierina soñó con ser actriz. En una escena en la que Raúl Amundaray le da el beso, se le olvida el parlamento y la transmisión era en vivo. “A mí nunca me habían besado y estaba muy nerviosa, y se me olvidó lo que debía decir; y él, tan buena gente, lo resolvió con: ‘Yo sé lo que me quieres decir’, y yo: ‘Sí, ujú, eso…’, y dijo todo lo que me tocaba a mí”, recordó la artista.

España luego se luce con propiedad en La hija de Juana Crespo como la madrastra de José Luis Rodríguez, junto a quien protagoniza posteriormente Sangre azul Estefanía. Muñequita marca su retiro de la actuación.

De grato recuerdo para las audiencias de Radio Caracas Televisión fueron los papeles desempeñados por Mayra Alejandra Rodríguez, quien llevó en su sangre el talento artístico por ser hija del comediante Charles Barry y la escritora Ligia Lezama. Tras el éxito de su actuación en El esposo de Anaís, Rosa Campos provinciana, Amada mía, Luisana mía, Jugando a vivir, Marta y Javier y Bienvenida, Esperanza, se consagra como Leonela Ferrari en Leonela, con la que impuso hasta el peinado para la época. Tenía su competencia en el canal Venevisión con Hilda Carrero.

La espigada hija de tachirenses, salió de las pasarelas de Miss Venezuela en 1973, certamen en el que representó a la tierra de la cordialidad. Desde ese momento cautivó la pantalla al lucir la banda de Miss Fotogenia. Se entregó con vehemencia al modelaje y la actuación. Se inició en Angélica, transmitida por el canal de Quinta Crespo, con el papel de Farina, personificación que fue supervisada por el canal de La Colina, a donde fue llevada posteriormente para ser Nereida Pardo, contrafigura de Elluz Peraza en Emilia. Allí comenzó una exitosa carrera artística en El despertar, Andreína, Sorangel, La venganza, Querida mamá, La heredera, Julia, Las amazonas y El Sol sale para todos. Estas dos últimas representaron la cúspide.

Un final feliz

El último capitulo está por escribirse. Las sencillas mujeres convertidas en divas de la televisión han sido el ejemplo del talento logrado por la disciplina en el trabajo creativo de adentrarse en los personajes. El tributo está en la memoria de sus audiencias, quienes recuerdan que junto a ellas vivieron la pasión de cada personaje en una trama con un final justo y casi siempre feliz.

Música, letra y voz

La promoción de intérpretes de temas musicales acompañaron las diferentes tramas de la novelas. Así se consolidan, muchos de la actuación al canto, José Luis Rodríguez, Carlos Mata, Caridad Canelón, Guillermo Dávila, Alicia Plaza y Dalila Colombo. La competencia entre los sellos disqueros Sonorodven, del Grupo Cisneros, y Sonográfica, del Grupo 1BC, abrieron paso a los venezolanos Ruddy La Escala, Hugo Carregal, Ilan Chester, Yordano, Marlene, Melissa, Franco De Vita, Jorge Rigó, Elisa Reggo, Ricardo Montaner y Sergio Pérez.

Ya consagrados se insertan en el género romántico Gualberto Ibarreto, con Ladrón de tu amor para Leonela; Rudy Márquez compone el tema para Una muchacha llamada Milagros con el mismo nombre; Mirla Castellanos interpreta Señor juez para María Fernanda y Si no estuvieras tú para Ligia Sandoval; Mari Trini se escucha con Ayúdala para Elizabeth, tema con el que se caracteriza la historia de la protagonista. Con el arpista Juan Galué se introduce el instrumental como tema de Rafaela, y 10 años después lo hace Gheorge Zamfir con la flauta de pan para Chao, Cristina, género musical que era utilizado como incidental hasta ese momento. 

Historias y adaptaciones

La Dueña. Original de José Ignacio Cabrujas y Julio César Mármol. Fue una producción hecha por la televisora del Estado Venezolana de Televisión. Reunió el talento existente y descubrió a nuevas figuras de la actuación. Competía en el horario estelar con los canales Rctv y Venevisión con la producción de dramáticos.

Sangre azul. Original de Julio César Mármol (Rctv). Fue sacada del aire por no tener alta sintonía, como lo esperaba el Canal 2, luego de los éxitos que habían alcanzado con las novelas protagonizadas por Marina Baura y Doris Wells.

La Fiera. Adaptación que hace Julio César Mármol (Rctv) de la obra Los hermanos Karamazov, de Fedor Dostoievski. Su historia fue comparada con La matanza de Santa Bárbara, donde las familias Semprum Cedeño y Meleán acabaron con sus miembros debido a una querella por la propiedad de unas tierras en el municipio Colón, estado Zulia.

La Señora de Cárdenas. Es el primer dramático de Cabrujas (Rctv) y por esta obra fue considerado el precursor de la telenovela de ruptura. En ella presentó el drama de un ama de casa que alcanza su realización en el divorcio.

Estefanía. Original de Julio César Mármol. Es la primera telenovela venezolana transmitida en color y la segunda de la trilogía de producciones históricas junto a Sangre azul, de su autoría, junto a Gómez I y II, de José Ignacio Cabrujas (Rctv).

¡Kassandra! Original de Delia Fiallo. Entra al libro Guinness de Récords por ser la más vendida en el mundo por Rctv. Apaciguó la guerra en Bosnia durante las transmisiones, pues se hacía una tregua tácita para poder hacerle el seguimiento a la historia de amor protagonizado entre Coraima Torres y Oswaldo Río.

Elizabeth Con guion de Pilar Romero y José Simón Escalona, y dirigida por César Bolívar y Clemente de la Cerda, hace 40 años la televisión venezolana proyectó uno de los dramáticos más famosos, Elizabeth. La historia fue protagonizada por Caridad Canelón y Orlando Urdaneta. Ambos venían de protagonizar La guajirita, y en pleno éxito del dramático, grabaron la siguiente telenovela, Maite. Elizabeth repercutió porque para la época llevó cuatro dramas sociales a la pantalla: el abandono del recién nacido, la adopción, el aborto y la enfermedad terminal.

Ligia Elena. Escrita por César Miguel Rondón. Venevisión recrea la historia de una joven adinerada y comprometida para casarse cuando se impacta al conocer a “Nacho” Gamboa, hijo del chofer, quien iba a reparar el teléfono en la mansión Irazábal. Alba Roversi y Guillermo Dávila protagonizan así la que es considerada la primera novela juvenil en Venezuela, que cuenta con el drama de la canción de Rubén Blades, amigo personal de Rondón.

Las Amazonas. Escrita por César Miguel Rondón. Es la primera vez que una telenovela venezolana desarrolla tres historias centrales que combinan la lucha entre el triunfo, el poder y la pasión. Hilda Carrero, Corina Azopardo y Alba Roversi son sus protagonistas. Se suma a las novelas competitivas de Venevisión.Mi prima ciela En 2007 Radio Caracas Televisión reflota la historia de Elizabeth con Mi prima Ciela, protagonizada por Mónica Spear y Manuel Sosa. En este segundo caso, el final de la trama de la telenovela se asoció metafóricamente con el desarrollo de los acontecimientos de ese año. De este modo, la muerte de la prima Ciela era el equivalente al cierre de la planta RCTV por la no renovación de la concesión al canal del grupo 1BC.

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