«Indiana Jones y el Dial del Destino» es la quinta y (posiblemente) última película del aventurero, que regresa con un Harrison Ford que no se resigna y la dirección de James Mangold. ¿Será este el cierre definitivo?

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No hay edad para la aventura


En 1989, la periodista española Rosa le hizo una “entrevista embelesada” -como ella misma admite en el prólogo- a un Harrison Ford de 46 años, fugado del plató de grabación durante la filmación de Indiana Jones y la última cruzada, película que ya se vislumbraba como la última aventura del héroe de acción. 

En esa entrevista, permeada tanto por el carisma de Ford como por la admiración de Montero, el actor le confesó estar preocupado por ser “demasiado viejo” para interpretar este tipo de papeles. 

–Pero, bueno, todavía me mantengo en buena forma y… seguiré haciendo esas películas hasta que ya no pueda más.

Es difícil imaginarse un mundo en el que Harrison Ford ya no pueda más. Son seis los actores que han encarnado al mítico James Bond, pero solo Harrison Ford puede interpretar a Han Solo (la última vez que lo hizo fue en 2015 para Star Wars VII: el despertar de la Fuerza) y ahora, a sus 80 años, vuelve a colocarse el legendario Fedora color marrón para Indiana Jones y el Dial del Destino, una película que pretende dar un cierre redondo a las aventuras de “Indy”, después de la recepción agridulce de Indiana Jones y el reino de la Calavera de Cristal, en 2008.

Nuevo mundo, viejo héroe


Indiana Jones 5 muestra a un héroe que ya está cansado. Camina sin rumbo en pleno ocaso de su vida, con una triste historia familiar a cuesta y en un mundo que ya no reconoce todo lo que nuestro profesor de arqueología ha hecho por él. Al contrario: lo desprecia por tener la edad que tiene, y quiere deshacerse de él lo más pronto posible.

La quinta entrega de Indiana Jones está ubicada en el año 1969, específicamente el 13 de agosto, día en el que cerca de cuatro millones de estadounidenses acudieron al desfile realizado en Nueva York para celebrar el regreso de Buzz Aldrin, Neil Armstrong y Michael Collins, los tripulantes de la misión Apollo 11.

No es gratuita la selección de esta fecha: las estudiantes del profesor Indiana Jones, que en la primera película asistían a clases para verlo con ojos de amor y deseo, ya lo observan con el desdén propio de las clases que no despiertan ningún tipo de interés. Sus alumnos ya no intervienen por tener la vista fija en sus ojos verdes, sino por no prestar ningún tipo de atención. En plena carrera espacial, la arqueología se ha vuelto obsoleta, arcaica. ¿Por qué aprender sobre los tesoros escondidos en este planeta, cuando hay millones de ellos esparcidos en el espacio?

Es entonces cuando llega Helena Shaw (Phoebe Waller-Bridge), quien le pide información sobre el Dial del Destino, una herramienta creada en la historia real por Arquímedes para trazar el movimiento de Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno, únicos planetas conocidos en la antigüedad. Pero el mecanismo, conocido también como Anticitera también podía predecir eclipses.

Claro está que cuando diriges una película como Indiana Jones, el objeto de deseo debe poseer cualidades sobrenaturales. Y es que el Dial del Destino de la película puede, incluso, predecir fisuras de espacio y tiempo. 

Este tipo de poder seduce enormemente a Jürgen Voller (Mads Mikkelsen), un exfuncionario del régimen nazi que hará todo lo posible para hacerse con el preciado tesoro arqueológico. 

La nueva dirección


James Mangold asume, en esta oportunidad, el mando de Steven Spielberg para dirigir al mítico aventurero en la que podría ser su última expedición. 

Mangold tiene a su cargo un currículum que solo podemos calificar como variopinto. Ha sido el responsable de películas de culto como Inocencia Interrumpida, trabajo que le permitió a Angelina Jolie destacar y llevarse a casa el Oscar a la Mejor Actriz de Reparto. 

También firmó la dirección de Ford vs Ferrari, una película que no se llevó la estatuilla dorada a la Mejor película, pero que sí ganó dos correspondientes a las categorías técnicas, como el caso de Mejor edición de sonido y Mejor Montaje.

El gran showman, Logan, Wolverine y Johnny y June: pasión y locura son otros éxitos de taquilla dirigidos por Mangold, y que confirman su versatilidad como director de distintos géneros. 

Un, dos, tres por todas


Indiana Jones y el Dial del Destino es una película que rinde homenaje a los pilares de toda la saga, y que incluye referencias de todas las películas anteriores. Los nazis siguen siendo los tipos malos (por los siglos de los siglos, en la ficción y en la realidad), y Sallah sigue siendo el aliado más confiable para cualquier tipo de aventura. 

Los villanos de esta entrega son odiosos, violentos. Es Jürgen Voller, encarnado por el actor danés Mads Mikkelsen (Hannibal, La Cacería, Otra ronda) el encargado de representar la inteligencia al servicio del horror y de la maldad, en un giro inesperado que coquetea con los multiversos espacio-temporales tan cacareados por Marvel y DC en sus respectivos universos cinematográficos

La mismísima Helena, personaje interpretado por la actriz, dramaturga y guionista inglesa Phoebe Waller-Bridge (Fleabag), muestra en su personalidad ecos de Marion Ravenwood (Kate Allen), pareja de Indy y madre de su hijo, y que también tiene una importante participación hacia el final de la película. 

Indy también hace de las suyas montando a caballo en pleno desfile para huir de un tiroteo, rememorando la escena de persecución con los tanques de guerra en Indiana Jones y la última cruzada, calificada por el portal Slashfilm como “la mejor escena de acción” del cine.

Indiana hoy


¿Por qué no dejar a Indiana descansar después de lo ocurrido en el Reino de la Calavera de Cristal? ¿Por qué esta obsesión por traer de vuelta historias del pasado? 

Irónicamente, esta es la premisa de Indiana Jones y el Dial del Destino: el hombre que no deja ir el pasado, que fiel a su vocación arqueológica se embarca en una nueva aventura para intentar salvar a un mundo que ya lo ha olvidado. 

Pero él no olvida, quiere recordar y aferrarse a lo que alguna vez fue. cuando es demasiado tarde, es capaz de darse cuenta de que hay historias que, a pesar de ser imperfectas, no deben ser modificadas, y deben permanecer inmutables en el pasado. Y es que el presente, impredecible e inmutable, es una aventura diaria que vale la pena explorar.


CATHERINE MEDINA | @cdmmarys

Periodista cultural. Miembro de Círculo de Críticos Cinematográficos de Caracas.

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