El Pitazo participó en la rueda de prensa internacional de esta película de Disney Pixar, basada en la historia familiar del director Peter Sohn. Es un film que demuestra que a pesar de las diferencias es necesario buscar caminos para la unión
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Datos actualizados de la ONU sugieren que hay más de siete millones de venezolanos dispersos por el mundo, que abandonaron el calor de sus hogares con la esperanza de conseguir otro, en otro país donde el clima no es el caribeño, el acento no es familiar, en una sociedad extraña que, a veces, hasta los señala con sorna.
¿Cómo se comprende la desolación de los migrantes, las dificultades que han tenido que superar para adaptarse a otra cultura? Disney Pixar, sorprendentemente, ha hecho una apuesta e intenta resolver estas preguntas con Elementos, una película dirigida por el actor de doblaje, director y animador Peter Sohn, quien realiza un sentido homenaje a su familia y raíces coreanas donde presenta una ciudad compuesta por elementos que no se mezclan, y a dos personajes que lo apuestan todo para estar juntos aunque todo esté en su contra. El arquetipo de Julieta y su Romeo sigue vigente, pero actualizado y en un idioma apto para los niños.
El Pitazo participó en la conferencia mundial de prensa de esta película, que se estrenó el 22 de junio en la cartelera nacional y que actualmente engrosa unos 59.344.345 de dólares en recaudación mundial.
Elementos que se mezclan
Ember Lumen (cuya voz es interpretada por Leah Lewis) es una chica que vive con sus padres en el Barrio de Fuego, sin mezclarse con ninguno de los demás habitantes de aire, tierra y agua que hacen vida en Ciudad Elementos, muy poco adaptada a las características de estos radiantes habitantes.
Ember desea ser una buena hija, pero su mal genio se interpone en su camino y hace peligrar la tienda que abrieron sus padres después de una larga vida de sacrificios, y su posesión más preciada tras haberse vistos obligados a abandonar su tierra natal para buscar mejores oportunidades para su familia.
Un accidente causado por el mal carácter de Ember atrae a Wade (interpretado por el actor de voz Mamoudou Athie), un inspector de agua que llega de improvisto a evaluar la construcción del negocio familiar. Fuego y Agua deberán trabajar juntos para evitar que la familia de Ember lo pierda todo, y descubrir el amor en el camino.
Wade pone en jaque todo el sistema de creencias de Ember, quien carga sobre sus hombros la historia de migración de sus padres, la tristeza de dejarlo todo y la esperanza de que ella sea quien sustituya a su padre en el mando de La Fogata, la tienda familiar. Así, nuestra protagonista deberá poner a prueba todo lo que pensaba que sabía sobre sí misma.
Una metáfora de la migración
Elementos está directamente conectada con la historia familiar de Sohn, cuyos padres fueron migrantes coreanos que llegaron a Nueva York. Sohn comentó, durante la conferencia de prensa, que esta película es una manera de honrarlos, y que gracias a ella finalmente comprendió todas las cosas por las que sus padres habían pasado.
“Mis padres sobrevivieron a una guerra, llegaron a Estados Unidos sin saber nada de inglés. Superaron muchísimos obstáculos que, siendo un niño que creció en Nueva York, nunca imaginé. A medida que me hago mayor puedo empatizar más con mis padres y me siento orgulloso de todo lo que lograron con tan pocos recursos”, comentó el cineasta cuyos padres, al igual que los de Ember, lograron abrir una tienda de víveres en Nueva York.
El matrimonio de Sohn también se refleja en la película, ya que su esposa es ítalo-estadounidense. “El conflicto entre los personajes de agua y de fuego se asemeja mucho al de mi propia vida con mi esposa y al hecho de que me casé con una mujer que no era coreana, causando un choque de culturas entre mi propia familia”, recuerda Sohn.
El director también se animó a compartir con El Pitazo cuáles eran sus características favoritas de cada personaje. “Ember creció en una ciudad donde tiene una propia comunidad, y hay una comunidad exterior a esa donde ella tuvo que construir un muro, compuesto por piezas de ella, de su comprensión sobre quién es. Y desde ese muro ella ha adquirido una fortaleza feroz que me gustaría tener”, confesó.
Wade, opuesto a Ember solo por representar el agua, es para Sohn “un espejo” que no existe en la historia para enseñarle nada, sino para ayudar a la protagonista a aceptarse como es.
Con un sabor oriental muy particular, la protagonista de Elementos recuerda un poco la visión del director japonés Hayao Miyazaki sobre sus protagonistas femeninas: “Muchas de mis películas tienen mujeres protagonistas, jóvenes autosuficientes que no piensan dos veces al momento de pelear por luchar con todo su corazón por lo que creen. Necesitan un amigo, o un aliado, pero nunca un salvador. Cualquier mujer es capaz de ser tan héroe como cualquier hombre”, sostiene el autor de El viaje de Chihiro.
Una amigable denuncia
Aunque los diseñadores de Disney Pixar tomaron como referencia los diseños arquitectónicos de algunos edificios en Brasil, ciudades puerto del mundo y otras maravillas arquitectónicas del Medio Oriente, Ciudad Elementos no deja de ser un gran símil de la ciudad de Nueva York con su ritmo avasallante y sus peatones que caminan a toda velocidad.
Pero también habla de la Nueva York que se declaró en estado de emergencia por haber sobrepasado la capacidad de su sistema de albergues. Habla de una ciudad que no está preparada para recibir a los migrantes, y que ha tardado en ofrecerles maneras para adaptarse, trabajar o vivir en paz, el fin último de quien lo deja todo atrás para crear otra vida.
Aún así, Elementos es un voto de esperanza. Una película que nos reconoce como diferentes en tantos sentidos como elementos, pero que, aún así, nos invita a buscar en nosotros para encontrar motivos de unión y no de separación.
CATHERINE MEDINA | @cdmmarys
Periodista cultural. Miembro de Círculo de Críticos Cinematográficos de Caracas.
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