El director de la organización Voces de la Memoria trabaja en un proyecto de realidad virtual desde 2020. En él recrea el testimonio de 30 presos políticos torturados en la sede del Sebin en el Helicoide. Con esta propuesta tiene el objetivo claro de visibilizar la situación, que compara con los campos de concentración nazis

Entrevista: César Batiz Redacción: Mairen Dona

Una detención arbitraria en el año 2018, permanecer detenido durante cinco meses en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) en el Helicoide y sufrir múltiples violaciones a sus derechos humanos impulsó al expreso político Víctor Navarro a reinventarse.

Cuando se encontraba en el exilio se dedicó a recopilar 30 testimonios y diseñó un producto de realidad virtual en el cual recrea las torturas, atrocidades y experiencias vividas en las celdas de ese centro penitenciario ubicado en Caracas.

Navarro explicó que la tortura ejercida en los centros de detención del gobierno de Nicolás Maduro excede a la persona que la recibe y también les genera daños colaterales directos a los familiares, quienes también son torturados por los funcionarios policiales. Aseguró que, al final del día, estas violaciones son una política de Estado, y la forma que tiene el Gobierno para mantenerse en el poder es ejercer la imposición a través de torturas psicológicas contra el detenido y su círculo cercano.

«Para aumentar la atrocidad del daño, durante los 129 días que estuve detenido nunca supe de mi familia. Incluso los primeros cuatro días, el Sebin le decía a mi mamá que me buscara en la morgue. Esa desaparición forzada es parte de los crímenes de lesa humanidad que existen y que están en el expediente de la Corte Penal Internacional», explicó el director de la organización Voces de la Memoria durante una entrevista con el director de El Pitazo, César Batiz.

El expreso político, quien emigró en 2019 a Argentina, donde tiene estatus de refugiado, también sufrió torturas físicas que se incrementaron como medida de presión. Los golpes en el rostro y en las costillas, además de tener escabiosis (sarna) en todo su cuerpo y vivir hacinado con 16 personas en una celda que tenía capacidad para solo cuatro detenidos, son parte de las agresiones sufridas, las cuales dejaron secuelas que se mantienen porque, según relató, «la tortura te cambia la vida y pasa a ser parte de ti, a pesar de que tú determines hacer una u otra cosa».

Víctor Navarro tiene el objetivo claro de visibilizar esta situación en las cárceles del oficialismo, que a su juicio tienen similitud con los campos de concentración nazis. Busca que cierren los centros de tortura que existen en Venezuela y que liberen a todos los presos políticos en el país, pues asegura que estos métodos son los peores y nadie está exento de que le suceda.


Los primeros cuatro días que estuve preso, el Sebin le decía a mi mamá que me buscara en la morgue, para aumentar la atrocidad del daño

Expreso político Víctor Navarro

Aunque escribió un libro titulado La historia completa, en el que relata su experiencia en la sede del Helicoide, sintió que las palabras no le hacían justicia a lo que había vivido, y al ponerse en contacto con otras personas que habían sufrido lo mismo de las detenciones arbitrarias, decidió dimensionar esta realidad mediante una herramienta tecnológica en defensa de los derechos humanos.

Desde 2020 trabaja en la creación del Museo de Memoria Histórica Helicoide, un proyecto con el cual recrea dos espacios: el primero se centra en lo que vive un preso político y el segundo dimensiona cómo se aplica la tortura en la sede del Sebin. Este es un gran edificio que estaba destinado a ser el centro comercial más grande de América Latina, pero finalmente se convirtió en un centro de tortura.

A la fecha se han realizado presentaciones en 13 países y alrededor de 5.700 personas vieron la experiencia en 8 meses. El director de Voces de la Memoria precisó que el producto no está en Venezuela porque representa un riesgo para muchas personas porque este es un país donde «la tortura, la persecución y el asesinato es una política de Estado». Hay una versión que dura alrededor de 5 minutos, mientras que otra tiene una duración de 20, aproximadamente.

—¿Por qué te encarcelaron en el Sebin en el 2018?

—Es muy complejo definir cuál es la razón por la cual te encarcelan cuando la arbitrariedad es lo que predomina en todo esto. En Venezuela, cualquier persona que piense distinto y disienta del Gobierno es detenida arbitrariamente, porque en el país la tortura es una política de Estado. Cuando es así, cualquier cosa que tú hagas que vaya en detrimento de sus ideas puede llevarte al encarcelamiento.

La narrativa que manejaba el Gobierno —precisa Navarro— era que yo había creado una célula terrorista financiada por Estados Unidos para acabar con el gobierno de Nicolás Maduro. En ese momento yo trabajaba con una organización que buscaba la reinserción social de los jóvenes que después de las protestas habían quedado en situación de calle. En medio de este trabajo me voy a Estados Unidos porque me gané una beca para estudiar unos meses allá, donde tuve una buena relación con representantes de la Embajada, a pesar de que no apoyaban directamente mi proyecto.

Según las palabras del activista, ofrecer oportunidad a jóvenes en situación de calle y tener amigos dentro de una sede diplomática hizo que la dictadura definiera que mi trabajo social era una célula terrorista y eso llevó a que me detuvieran cinco meses en el Helicoide, el centro de tortura más grande de América Latina. Ni en ese ni en este momento he participado en algún partido político.


La tortura te cambia la vida y pasa a ser parte de ti, a pesar de que tú determines hacer una u otra cosa

Expreso político Víctor Navarro

–¿Cuáles fueron las torturas físicas y psicológicas que sufriste en el Helicoide?

—Las torturas psicológicas empiezan por las torturas físicas que les hacen a los otros; eso es lo peor y mucho más fuerte. La tortura psicológica más dura que yo pude recibir fue ver cómo asfixiaban a un compañero de celda con bolsas e insecticida. Le tapaban la cara y lo obligaban a decir mi nombre y a testificar que me conocía, cuando en realidad no teníamos ningún tipo de relación. Lo obligaban a vincularse con un caso y unas declaraciones que eran falsas para incluirlas en mi expediente. Otro de los hechos era escuchar constantemente a mujeres que estaban siendo violadas o los quejidos de hombres que estaban siendo electrocutados. En muchas de estas ocasiones la corriente era aplicada en los testículos, y eso se ha podido leer en los informes.

También está el hecho —afirma— de que te aíslan completamente. Yo duré 129 días sin ver el sol, tiempo durante el cual no me permitieron una visita familiar ni acceso a un abogado; tampoco me permitieron una llamada. La detención fue completamente arbitraria porque no hubo una orden de captura ni de allanamiento. Me dijeron que me iban a realizar una entrevista y me dejaron detenido ahí. Es todo un juego que la policía política obedece de las órdenes directas de Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez y de los altos mandos que tienen el poder en Venezuela, quienes constantemente te dicen que nunca vas a salir de allí ni vas a ver a tu familia y que cualquier cosa que digas hará que detengan a algunos de tus parientes.


Cualquier persona que piense distinto y disienta del Gobierno es detenida arbitrariamente

Expreso político Víctor Navarro

«Luego viene la tortura física, y es esa sensación de estar todo el tiempo esposado como si fueras un delincuente o el hecho de no permitirte un médico. A mí me dio escabiosis en todo el cuerpo y no podía fijar la planta de los pies ni caminar. Vivíamos hacinados, las paredes estaban llenas de moho y yo pegaba las plantas de los pies a la pared, lo cual no me permitía mejorar. Durante toda mi detención bajé alrededor de 15 kilos», narra quien conoció el cuerpo del horror.

En el momento en que te hacen las entrevistas se exacerban las torturas físicas, asegura Navarro. En mi caso me golpearon fuertemente por no decir nombres de personas que yo ni siquiera conocía; me pegaban en la cara y en las costillas. En un momento en el que no dije el nombre de una persona a la que soy muy cercano, un oficial cargó una pistola frente a mí, me la metió en la boca y me estaba obligando a que yo le pidiera perdón de rodillas por, simplemente, no inculpar a alguien.

–¿Las torturas físicas y psicológicas dejaron secuelas en ti?

—Mientras sigan existiendo los presos políticos en Venezuela, creo que todos los que hemos pasado por uno de los centros de tortura de Maduro vamos a estar en ese proceso. Al final del día tú sabes lo que representa ser un desaparecido y sabes lo que representa la tortura. Mientras Nicolás Maduro siga torturando y todo su equipo tenga centros de torturas, la experiencia no va a dejar de ser vivida porque sigue existiendo y todos sabemos que estos métodos son los peores y nadie está exento de pasar por esto.

Las secuelas se mantienen —asegura el entrevistado—, la tortura te cambia la vida y pasa a ser parte de ti, a pesar de que tú determines hacer una u otra cosa. La tortura representa una anomalía y en Venezuela es una política de Estado que representa un cambio radical en tu vida; por ende, no se puede normalizar. Es de las peores atrocidades que existen porque estamos hablando de crímenes de lesa humanidad y es lo que hace Nicolás Maduro.

–¿Cuál fue la razón para dejarte en libertad?

—Nunca habrá un ‘vete para tu casa’ porque al final del día los presos políticos representan una ficha de negociación para quienes están en el poder, bien sea de los internacionales, que son una pieza de convenio para las sanciones, o de los nacionales, son una ficha para ver cómo coexiste el Gobierno con miembros de la oposición para permanecer en el poder.

En ese sentido —explica—, nosotros salimos por una negociación política que hubo en el marco de las elecciones presidenciales ilegítimas. En ese proceso, Nicolás Maduro definía que si un grupo de partidos políticos lo reconocían como presidente, él iba a liberar a un grupo de presos políticos. Por eso salimos, aunque con medidas sustitutivas de nuestra libertad, que no significan que la persona esté libre. Según el Foro Penal, más de 9.000 personas tienen un caso abierto, y yo soy uno.

«Salimos por un contexto de negociación y por esa misma razón Maduro sigue teniendo presos políticos. Hoy en día hay alrededor de 300 detenidos por razones políticas y cada vez que se necesite un proceso de negociación, él estará para hacerlo porque es su política de Estado y se mantiene en el poder mediante la tortura», declara.


Ofrecer oportunidad a jóvenes en situación de calle y tener amigos dentro de una embajada hizo que la dictadura definiera que mi trabajo social era una célula terrorista

Expreso político Víctor Navarro

–¿Cuándo decides comenzar este proyecto y representar tu testimonio junto a otros en un producto audiovisual?

—Lo decidí hace menos de dos años, luego de escribir un libro (inédito aún) y sentir que las palabras no le hacían justicia a lo que yo había vivido. Ya hoy lo tengo claro, pero en ese momento era una serie de sensaciones y emociones que son parte de las secuelas que quedan de la detención arbitraria. Tomé la decisión al ver que mi libro no representaba lo que habíamos vivido y al ponerme en contacto con personas que habían sido detenidas arbitrariamente y escuchar cómo estábamos, empecé a investigar que existía que pudiera darle un valor más agregado o dimensionar lo que realmente sucede.

«Al cuestionarme y creer que mi libro no tenía mucho sentido, le doy con la realidad virtual. Una persona me puso un casco de virtual reality para ver la casa de Ana Frank. En ese momento sentí que estaba en Auschwitz y que en algún momento me iban a buscar para llevarme a un campo de concentración. Yo decía: ‘Qué locura es la similitud que hay entre un campo de concentración y una cárcel dirigida por el chavismo-madurismo’. Lo otro es que al sentirme ahí, la dimensión y atrocidad que había era otra».

Víctor Navarro cuenta cuál fue su decisión: «Pensaba que esto había que dimensionarlo, y al hablarlo con otras personas que estuvieron detenidas desde el 2014 hasta la actualidad (muchas de ellas aún presas), decidimos recrear estos espacios y llevar lo ideado a otra dimensión para usar la tecnología como una herramienta para la defensa de los derechos humanos. Lo que buscamos con este proyecto, que recrea cómo son los espacios dentro del Helicoide, es visibilizar la situación y a su vez cristalizar un objetivo muy claro, que es exigir el cierre de todos los centros de tortura en Venezuela y que liberen a todos los presos políticos.

–¿Has tenido la oportunidad de mostrárselo a los organismos defensores de derechos humanos?

—Estamos creciendo en nuestro proceso de incidencia y tenemos una visión más clara. Al principio no entendíamos la dimensión de hacia dónde podía llegar este proyecto, pero ahora tenemos una propuesta más sólida. Estamos trabajando con muchas organizaciones de derechos humanos en Venezuela y creo que la propuesta a estos organismos va ir de manera más clara y concisa. Hemos tenido la oportunidad de relacionarnos con personas de estos organismos, a las cuales prefiero no comprometer.


Las torturas psicológicas empiezan por las torturas físicas que les hacen a los otros. Eso es lo peor y mucho más fuerte

Expreso político Víctor Navarro

–¿Cómo se hizo y en qué consiste este proyecto?

—Nosotros trabajamos con diferentes especialistas en ciencia del comportamiento, programadores, psicólogos especialistas en traumas, curadores, abogados, periodistas y las 30 personas que sufrimos torturas para poder recrear dos espacios. Uno dimensiona cómo vive un preso político y el otro muestra cómo se les aplica la tortura a los detenidos en nuestro país. Lo interesante de este proyecto es cómo la inmersión genera que el rol pasivo que tienen las personas al leer un artículo e informe, que son muy importantes para los procesos de justicia, ahora cambie un poco y desde la inmersividad pueden experimentar lo que representa la simulación de estar en un lugar de la manera más cercana a la realidad.

Parte de la metodología que usamos —indica quien se ha convertido en un creador— es el diseño de un manual de trabajo con víctimas y psicólogos. Sobre esta base generamos la forma en la que íbamos a abordar las discusiones que tendríamos. Luego de estas representaciones fuimos elaborando, a través de streaming y conversaciones interpersonales, la validación de cada uno de los espacios que fueron recreados. Además, hubo un proceso de investigación que daba todo el concepto de lo que es este centro de tortura para poner a las personas en contexto con lo que sucede en el país.

«Es una experiencia que se tiene que presenciar y no vale la pena, bajo ninguna circunstancia, spoilear (adelantar), advierte Navarro, debido a que es interpersonal, es decir, así es como lo vive un preso político. Así como logramos hacer de la memoria selectiva una memoria colectiva, lo que nosotros buscamos es que cada quien desde su experiencia con este producto pueda demandar y denunciar para que se cierren los centros de tortura en Venezuela».

«El viraje más importante que tiene esta propuesta es que se cambia la visión sobre la tecnología. Hay muchas narrativas sobre esta herramienta que deshumanizan, pero hemos trabajado para que las personas puedan empatizar mucho más con este tipo de modalidad y analicen sobre cuáles son las atrocidades que se están cometiendo en Venezuela y cómo los que están en el poder torturan de manera sistemática».


Mientras Nicolás Maduro siga torturando y todo su equipo tengan centros de torturas, la experiencia no va a dejar de ser vivida

Expreso político Víctor Navarro

–¿Qué es lo primero que tendrías que contarle a alguien que lo va a ver?

—El storytelling que manejamos es un contexto principal en el cual se comienza a ver un lugar de Caracas, que en la década de los años cincuenta iba a ser el centro comercial más grande de América Latina, hasta cómo se va convirtiendo en un centro de tortura. Luego se va viendo cómo Hugo Chávez y Nicolás Maduro destruyeron el país y cómo representan la involución. También se entra a un lugar que es una celda y se observa cómo vive un preso político, mientras que hay otra parte donde escuchas tortura real contra un venezolano, lo cual hace que se entienda mucho más la dimensión de esta historia.

«Hay una propuesta, que es la que nosotros queremos que se convierta en un espacio de memoria para la no repetición. Si bien es cierto que es un proyecto que cuando se muestra la experiencia suele ser linda y pareciera ser resiliente, está creado para que la resiliencia no cubra la verdad».

–¿Es realidad inmersiva o virtual?

—La realidad virtual es inmersiva, pero también tiene componentes tecnológicos que hacen que la calidad del sonido sea real, que los avatares creados sean muchísimo más reales y que la creación de los espacios sean distintos en términos tecnológicos. Pero sobre todo, es un producto que se crea gracias a la sinergia entre el individuo y la tecnología. Esa relación entre ambos no te lo da otro tipo de tecnología.


Es una locura la similitud que hay entre un campo de concentración y una cárcel dirigida por el chavismo-madurismo

Expreso político Víctor Navarro

–¿Hubo algún estreno oficial?

—En los últimos meses hemos estado en 13 países haciendo presentaciones. No se trata de un estreno oficial, sino de denunciar en todas partes que esto es así. Tuvimos un encuentro con medios de comunicación de España porque creemos que ese país tiene un rol importante en la denuncia y porque asumirá la presidencia del Parlamento Europeo. Hay cosas que me llaman la atención; por ejemplo, cómo es que a un torturador como Nicolás Maduro lo invitan a la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y a la Unión Europea (UE).

«El rol de España en los próximos meses será clave para la lucha democrática, y comunicacionalmente hicimos un trabajo allí, pero hemos estado en diversas partes del mundo denunciando las torturas que comete Maduro. Todas las personas que estamos en esto vamos a ir hasta donde tengamos que ir para seguir denunciando y exigiendo que se cierren los centros de tortura en Venezuela».

–¿Ha habido alguna reacción por parte del oficialismo o algún mensaje que te haya llegado?

—Sí los hay, pero por responsabilidad no puedo decir más. Solo sé que en Venezuela la tortura es una política de Estado, como lo son la persecución y el asesinato. Sobre eso trabaja el Gobierno.


En Venezuela, la tortura es una política de Estado, como lo son la persecución y el asesinato. Sobre eso trabaja el Gobierno

Expreso político Víctor Navarro

–¿Existe alguna reacción de alguien de la audiencia que recuerdes de forma especial?

—La deshumanización que hay en la tortura es muy fuerte y es complicado luego conectar con las emociones de los otros. Cuando creamos esta experiencia o cuando presencias cómo viven otros la experiencia, acercarte a eso es muy complicado porque tú mismo te encuentras con algo que es como la realidad, a pesar de no serlo.

«De todas maneras, la mayor cantidad de las reacciones que hemos tenido para medir la empatía vienen a través de las cartas. A muchas de las personas que experimentan esto les pedimos que le escriban una carta a un preso político en Venezuela. Hay muchas reacciones, pero escuchar a muchas personas decir ‘no hemos hecho lo suficiente’ es lo que más me marca. Yo creo que no hemos visto la verdadera dimensión de la atrocidad del régimen autocrático ni concebido que los crímenes de lesa humanidad que comete Maduro no es solo contra el país, sino contra toda la humanidad».

Muchos creen que esto solo nos pasa a nosotros y que Venezuela es el único país del mundo que está viviendo este tipo de situaciones, pero acabas con ese paradigma cuando una persona de Ruanda o Cuba te dice que los centros de tortura en sus países son similares a estos o cuando alguien en Nicaragua te dice ‘volví a El Chipote’. Aquí lo que más te llama la atención es una estructura que excede a las situaciones y que por eso es sistemática. Llama la atención cómo algo que pasa en Ruanda, Nicaragua o Sudán es muy similar a lo que estás pasando tú, a pesar de que las culturas e ideas son distintas».

«Eso nos lleva a reflexionar que las violaciones a los derechos humanos no tienen que ver con ideología ni cultura, sino que simplemente son violaciones. Al final del día esta sistematicidad se da principalmente por el hecho de pensar distinto o disentir de un Estado. Te das cuenta de que los derechos humanos deberían ser una prioridad para todos y, especialmente, para aquellos que se hacen llamar democráticos».


La deshumanización que hay en la tortura es muy fuerte y es complicado luego conectar con las emociones de los otros

Expreso político Víctor Navarro

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