La industria petrolera venezolana recibió un fuerte golpe el pasado 25 de agosto del año 2012, cuando explotó la refinería de Amuay, que se encuentra en el estado Falcón. El siniestro ocasionó 55 muertos, pérdidas al país, 156 heridos y afectó tanto a las inmediaciones como al complejo refinador de petróleo.
A propósito de esta tragedia, el expresidente de la Asociación de Contratistas Petroleras y Afines de Venezuela (Acopav), Carlos Dickson, recordó que el fuerte incendio provocó hace ocho años atrás la paralización del mayor Complejo Refinador del mundo
«Amuay abastecía de combustible y daba para exportar, consecuencias que aún hoy padecemos con graves repercusiones», dijo Dickson en su cuenta de Twitter.
En 2019, el experto petrolero José Toro Hardy, también aportó un dato en la red social Twitter después de cumplirse siete años de la tragedia, haciendo referencia sobre la producción actual de la refinería, y es que aseguró en su momento que produce menos del 10% de su capacidad.
Otros usuarios de la red social, también reaccionaron el año pasado, afirmando que esta explosión aceleró la destrucción del Centro de Refinación Paraguaná, el mismo que que fue en otrora reconocido como uno de los tres complejos refinadores más grandes del mundo.
Además, ni la Fiscalía, la Contraloría ni el Tribunal Supremo de Justicia investigaron el suceso. Tampoco hubo sanciones ni medidas para evitar accidentes de esta magnitud, que cobraron la vida de 55 personas y múltiples heridos.
El Comité de Manufactura del Centro para Orientación de la Energía (Coener), investigó el accidente y presentó un informe el pasado 25 de Agosto de 2013 en su blog. Luego de esto, Pdvsa aseguró que el siniestro fue ocasionado por una acción de “sabotaje”, atribuido “acción intencional de terceros interesados en provocar una catástrofe”. Las causas del desastre siguen siendo debatidas.
La explosión fue causada por una fuga de gas Propano en la madrugada del pasado 25 de agosto del año 2012, haciendo que una nube de este fluido explotara y se incendiaran unos tres tanques de almacenamiento y otras instalaciones de la refinería.
Las llamas se elevaron a más de 20 metros de altura, que perduró al menos unas 20 horas; este suceso afectó a más de tres mil viviendas de la zona, pues las llamas se las devoraron. Cuatro días después del incendio fue que las llamas fueron extinguidas en su totalidad.
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