Caracas.- El 4 de febrero de 1992, el fallecido Hugo Chávez se alzó en armas contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez con la intención de derrocarlo, aduciendo -entre varias razones- el profundo daño económico que causaron en la población las medidas económicas de 1989, en lo que se conoce como “el paquetazo”.
De la Venezuela saudita al Caracazo
Durante la década de los 70 nuestro país vivió una bonanza petrolera que le permitió a los gobiernos de esa época mantener un amplio gasto social, sobre todo en el primer gobierno de Pérez. Pero en la década siguiente esta bonanza se contrajo, generando un aumento en los precios, en el desempleo y en la deuda pública.
Entre 1980 y 1988 la inflación de Venezuela mantuvo un promedio de 16,3%, siendo su nivel mínimo de 6,2% en 1983 y el máximo en 1987 con 28,1%, de acuerdo a cifras de Agencia de Datos (epdata.es) y del FMI.
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Para revertir estas cifras, CAP acudió al Fondo Monetario Internacional (FMI) y estableció una serie de reformas económicas que incluyeron privatizaciones, recortes de subsidios y el aumento de impuestos.
Esto trajo un descontento popular en la población que se tradujo en el Caracazo de 1989, año en que la inflación alcanzó un pico de 84,5%, lo que hacía que los ahorros de los venezolanos perdieran su valor cada día más rápido.
La insurrección de 1992
Durante los años siguientes, los venezolanos vivieron bajo el trauma del caracazo, que, de acuerdo a cifras extraoficiales, dejó saldo de 276 muertos y más de 3.000 desaparecidos. Además, enfrentaron una crisis económica y social profunda que limitaba el acceso a bienes y servicios en los estratos más pobres.
Sin embargo, para 1992, cuando Hugo Chávez decidió sublevarse contra el alto mando militar, la inflación en Venezuela era de 31,4%. Entre 1989 y 1992, la inflación en el país promedió 47,7%.
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El salario mínimo, por otra parte, registró un aumento constante entre 1989 y 1992. Al momento del Caracazo, el salario mínimo en Venezuela se ubicaba en 4.000 bolívares, es decir, 134 bolívares diarios. Para 1992, el salario mínimo era de 9.000 bolívares -300 bolívares diarios-.
Al cierre del día, después del “por ahora” de Hugo Chávez, se estima que el 4F dejó al menos 30 personas fallecidos y cerca un centenar de heridos, cifras que, a la fecha, sigue sin confirmarse.
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