Caracas. – Ronald Acuña Jr no deja de sorprender. El jardinero de los Bravos de Atlanta confesó su secreto para haber logrado ya los 30 cuadrangulares en una temporada, y tal como lo dijo, su lema es «ver a la pelota y darle».
Acuña no solo ostenta un récord que lo iguala con Miguel Cabrera, los únicos dos peloteros en Grandes Ligas capaces de anotar los 30 jonrones antes de los 22 años, sino que también se encuentra apenas a cuatro robos de bases para llegar a las 30 almohadillas en un temporada. El toletero está encaminado a ser un 30-30 en esta campaña.
De lograr este par de números también se pondría a la par de Bob Abreu, el único criollo, hasta los momentos, con un 30-30 en las mayores.
Mary Montes, periodista especialista en béisbol radicada en Miami, entrevistó a Acuña antes del juego y le preguntó cuando llegaría a los 30 jonrones. El pelotero le aseguró que esa noche lo haría y así lo cumplió.
Al finalizar las nueve entradas, Montes y otros colegas lo entrevistaron en el dougout de los Bravos de Atlanta, donde el muchacho de La Sabana, estado Vargas, miembro de la estirpe peloteril de los Escobar, respondió a las preguntas entre sonrisas de satisfacción.
Montes asegura que Acuña tiene las cinco herramientas del béisbol. Puede batear por encima de los .300 de average y con fuerza como lo demuestran los 30 jonrones. Corre para robar y cubrir cualquier posición de los jardines. Esa velocidad lo ayuda A fildear más allá del promedio de los peloteros de grandeligas; y, además, tiene capacidad de lanzar a todas las bases con precisión y fuerza para sacar a cualquier jugador inclusive en el home.
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Y aunque pareciese que el pitcheo veloz de Guerrero hubiese sido un reto -se la regresó a 106 millas- tranquilamente responde «no me enfoco en las millas sino en darle a la pelota».
La periodista dijo a El Pitazo que Acuña cuenta con una sexta herramienta: «Es hijo de un pelotero profesional (Ronald Acuña, exjugador de los Navegantes del Magallanes y Águilas del Zulia, entre otros), familia de jugadores como Alcides y Kelvim Escobar, pitcher exitoso en las ligas mayores, quien le enseñó a enfrentarse a un lanzador que le escondía la bola y buscaba poncharlo con pitcheos rápidos, creció entre líneas de cal, viendo besibol y eso es un agregado que lo hace mejor que cualquier pelotero que tenga las cinco herramientas».
El año pasado, Acuña ganó el título de novato del año de la Liga Nacional. Los especialistas lo eligieron como el segundo mejor prospecto de las grandeligas por detrás del japonés Shohei Otani, quien, según Montes, es un pelotero raro, porque pitchea y batea.
30-30 de un grandeligas
Un aspecto interesante en esta nueva faceta que envuelve a Acuña es que no se ve a sí mismo como un toletero nato. Sin embargo, los resultados dicen lo contrario. «Batear estos 30 jonrones significa mucho para mí, porque no me considero un bateador de jonrones. Mi juego es un juego de línea y correr, porque a mÍ me encanta correr y eso es lo que me define como pelotero».
Aunque Miami se llevó la victoria 9-2 en el encuentro, sobre todo gracias a la impecable actuación del lanzador venezolano Eliézer Hernández sobre la lomita, quien dejó seis entradas en cero, la hazaña de Acuña Jr. en el octavo inning es la anécdota a recordar del juego. La sacó por la zona derecha del campo ante un feroz lanzamiento de Tayron Guerrero a 100 millas.
La ha sacado, en total, 56 veces del campo desde que llegó al beisbol mayor, de las cuales 12 han sido ante los Marlins. Pero asegura que no se trata de un ensañamiento contra ese equipo en particular. «Siempre salgo a competir, siempre estoy agresivo para los pitcheos turno por turno, no me regalan turno y no me regalan pitcheo, y bueno, son cosas que pasan».
Miguel Cabrera, un referente para Acuña
El hecho de ser comparado con Miggy Cabrera es algo que, tal como lo declaró a Mari Montes este jueves en la noche tras el encuentro con los Marlins, lo llena de orgullo. «Creo que significa lo máximo, ese es el pelotero que yo he seguido desde pequeño y hasta ahora en este momento me mantengo en contacto con él, y de verdad es un orgullo para mi», admitió.
También hizo referencia al apoyo que le ha brindado su familia, sobre todo su primo Kelvim Escobar, de quien aprendió mucho sobre este mundo bajo la Gran Carpa. «Bueno, la verdad es que siempre ellos me han aportado su apoyo, fue una de las cosas que me motivó a saltar al béisbol profesional, cuando mi primo Kelvim Escobar jugaba aquí en Estados Unidos siempre me traía. La verdad es que tengo mucho que agradecerle».
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