Caracas.- Después de 19 temporadas en las Grandes Ligas es indudable que Miguel Cabrera es el mejor bateador venezolano de todos los tiempos. Con dar un vistazo a sus números nos damos cuenta de que hay pocos como él en el beisbol profesional: el miércoles 30 de junio llegó a 494 jonrones, cifra que lo ubica en el lugar número 28 de la historia de ese renglón al lado de Lou Gerihg y Fred McGriff. A pesar de las lesiones que le han afectado en los últimos cinco años, no es descabellado pensar que en este 2021 pueda entrar en el club de los 500.
Cabrera, a sus 38 años de edad, no luce tan temible como en la década pasada, pero es cuestión de tiempo para que conecte los siete batazos que lo consolidarán como un digno integrante del Salón de la Fama. Sin contar el juego de esta noche de los Tigres de Detroit, equipo al que presta servicio desde 2008, le restan 83 encuentros para alcanzar la ansiada cifra.
El slugger de Maracay ha disputado 57 desafíos de los 79 que tiene su equipo esta campaña. Las lesiones han limitado su accionar, razón por la que el manager A. J. Hinch le ha dado descanso en algunos encuentros. Este año apenas acumula seis jonrones, pero queda más de media temporada para alcanzar los 500. ¿Qué creen ustedes?
El último año que Cabrera presentó temibles números ofensivos fue en 2016, cuando bateó 38 vuelacercas e impulsó 108 carreras. Durante la primera parte de la década pasada fue el “monstruo” de la gran carpa, pues ganó la triple corona en 2012, con 44 cuadrangulares, 139 remolcadas y .330 de promedio; en 2013 mejoró el porcentaje de bateo a .340, también con 44 estacazos y 137 compañeros traídos al plato. Para dar más señas de su poder tenemos que fue ganador de los títulos de bateo de 2011 (.344), 2012, 2013 y 2015 (.338), además del Más Valioso en 2012 y 2013.
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Predestinado desde que debutó en las Grandes Ligas en 2003 con el uniforme de los Marlins de Miami, Cabrera fue pulverizando récords para venezolanos. Uno de los más significativos lo alcanzó el 16 de mayo de 2015 cuando sonó el jonrón 400 y dejó atrás la marca de Andrés Galarraga, quien hasta entonces era el líder de ese renglón y símbolo del poder criollo en las mayores. Mucho antes había dejado atrás los 251 estacazos de Antonio Armas, los 288 de Bob Abreu y los 294 de Magglio Ordóñez.
Los que celebraron a inicios de 2000 la efervescencia de Cabrera y que una década después vieron cómo se convertía en el bateador más temible de su generación, están atentos a sus turnos de este 2021. Cada batazo del venezolano tiene un peso histórico, sobre todo cuando está tan cerca de los 500 cuadrangulares. Su contrato con Detroit vence en 2023, y muchos estaremos atentos para ver si desplaza, al menos, a Eddie Murray del puesto 27 y a Gary Sheffield del lugar 26. Para ello necesita llegar a los 510 jonrones.
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