Manrique: cuando Venezuela mejore me iré a otro país que esté arruinado

Héctor Manrique comenzó como actor hace 40 años con el que llama su maestro, Juan Carlos Gené, con el Grupo Actoral 80. Manrique se maquilla ante ese espejo que lo ha visto convertirse en tantos personajes y cuenta, como en un repaso, lo que es su vida ahora, lo que hace y lo que le sigue apasionando. En este momento presenta, de forma simultánea, dos obras: Bolívar el último delirio, y Sangre en el Diván.

¿Por qué el teatro? ¿Cómo sigue en el teatro 40 años después?

El teatro sana al que lo ejecuta y da mensajes para la reflexión a los espectadores. Ayuda a entender este mundo complejo, difícil y extraordinario donde vivimos. Los griegos crearon el teatro para llamar la atención de lo que no les gustaba, ese mundo en el que vivían. Eso hay que hacerlo. ¿Dónde es mejor hacerlo? en un sitio con lo que no estás de acuerdo: Venezuela. Cuando mejore me voy a otro país que esté en la mierda.

Esta “dramaturgia vivencial” que estoy presentando en Madrid viene de las voces de los personajes: uno fue entrevistado y el otro lo dejo escrito en sus cartas. Los detonantes son muy distintos. Yo decidí hacer esa obra cuando leí el libro de Ibéyise Pacheco. La influencia de Chirinos en el país, los cargos que llegó a tener de enorme responsabilidad. Un monstruo como este y tanta gente que guardó silencio. Todavía, la sociedad de psiquiatría de Venezuela no ha dicho nada, todavía no se pronuncia la Universidad Central de Venezuela.

¿Cómo ves ahora mismo España?

Cuando yo iba en los 80 por Madrid caminando con pelo largo y jeans rotos a los 17 años, la gente me veía como a un loco, porque eran atrasados. Venezuela era la vanguardia y la escoñetamos. Ahora es al revés. Cuando veo a los españoles pelándose e insultándose, irrespetando la Constitución, con cero tolerancia y la imposibilidad de ponerse de acuerdo en cosas mínimas, pueden perder el país y no lo ven.

Como decía Rimbaud: “Sólo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres. Así la poesía no habrá cantado en vano.” El arte es uno de los espacios de sanación, yo entiendo que uno no cambia el mundo con una obra de teatro, pero tal vez, alguien que está sentado ahí tiene una revelación y nos ayuda a todos a cambiar el mundo.

Nosotros lo estamos haciendo con la Concha Acústica de Bello Monte, ahí se están presentando cosas poderosas, es importante. Como el Centro Comercial Trasnocho, es privado, y se mantiene con el aliento del espectador. Eso es una cosa esperanzadora, cumplió 22 años. Que el TET cumpla 50 años, que el GA80 cumple 40 años, eso es absolutamente maravilloso.

¿Trabaja mejor con mujeres en la dramaturgia?

Yo trabajo muy bien con las mujeres. A partir del 2000 yo decidí que tenía que trabajar el entendimiento de la temática femenina para poder entender a mis hijas. Había nacido mi primera hija, monté Monólogos de la Vagina, Confesiones de mujeres de 30, Brujas; todas con temáticas femeninas.

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Mi último delirio arranca porque Inés Quintero me invitan a hacer un trabajo en la Quinta Anauco, con cartas de personajes importantes para ir leyéndolas en la Quinta, un trabajo para unas 100 personas. En esa maravilla de salones, un recorrido de 50 minutos, el Marqués del Toro, José María Vargas, María Antonia Bolívar, Juan Germán Roscio, todos civiles, personajes importantes de la época de la independencia. Ella escogió las cartas y yo invité a Carlota Sosa, Daniel Uribe, Antonio Deli, Wilfredo Cisneros, Rafael Romero, y un músico con cada uno de ellos.

¿Cree que se ha ganado el respeto de ambos lados en Venezuela?

Yo sé que les incomoda vainas, les doy carajazo a unos y a otros y sé quiénes son, entiendo quiénes son los responsables fundamentales de esto. Pero, yo me apasiono por el teatro, la política es otra cosa. Tal vez por donde uno viene, nuestros padres, gente educada, trabajadora, pero tengo claro, la solución comienza porque estos carajos dejen de estar ahí.

Yo no tengo problema de sentarme con quien sea para debatir, para conversar. Nunca he robado a nadie, le echo bola a trabajar y esos son mis principios. Pero en esa histeria terrible que nos ha infectado me encuentro con gente que no quiere saber nada del país, después de horas conversando esos mismos amigos me dicen: ´Coño, Héctor, que sabroso es conversar sin pelear´.

¿En qué nos convertimos?  Pura descalificación. Una gente que desacredita a la otra y viceversa. Ladrón, corrupto, etc.

La gran victoria del chavismo fue convertirnos en ellos. Qué nivel de intolerancia.

Si hay que sentarse con un chavista a hablar uno se sienta y con el otro también.

¿Cómo podemos dar lectura a la política venezolana de hoy?

Yo soy hijo de una inmigrante y de un exiliado. Mi madre emigró. En España no se podía ni comer, a mi papá lo montaron en un avión con esposas para Suiza después de cinco años preso. Eso es un exiliado. Ahora te encuentras con unos carajos que estaban en la playa hace unos fines de semana y ahora están acá, se autodenominan exiliados. No me jodas.

Nuestra dirigencia política debería formar a los ciudadanos, ilustrarlos y salen dándole estatus de exiliado a cualquier carajo. Ha muerto mucha gente como para que se tomen las cosas de una forma irresponsable, poco ética.

En algún momento se decidió que no se iba a elecciones y los que si fueron los botaban del partido. Ahora resulta que aquellos son alacranes. Pero ahora si se participa y hace cuatro años no. Te toca llamarlos para que sigan en el partido, si no, pues ellos creaban su propio partido.

El chavismo se está disolviendo. Deberíamos aprender de la experiencia de Barinas. Divididos ganamos por 170 votos, nos la quitaron, volvimos unidos y ganamos por 170 mil votos en Barinas. Inhabilitaban y seguíamos con el próximo. ¿Y no aprendemos? Mi ego vale más que eso.

¿Qué tienen en común estos dos personajes que está interpretando?

Chirinos y Bolívar tienen sus similitudes. Los dos mataron. Pero, sería injusto homologar a Bolívar con el monstruo de Chirinos. Bolívar era un hombre con sus problemas y contradicciones. Huérfano a los 9 años de padre y madre, con un hermano que lo jode, te enamoras muy joven y se te muere la mujer, el pana no la tuvo fácil. Claro que era un atormentado hasta que llega a Francia y se encuentra con Napoleón, eso está en sus cartas, lo dejo escrito. El vio la coronación de Napoleón lo vio siendo aclamado por un millón de personas, como te aclama un país cuando es liberado.

Rafael Cadenas lo dice sobre el ego. “Yo creo que lo que está pasando en el mundo tiene mucho que ver con el ego, que es necesario para la vida corriente, pero considero que es un factor que está presente a través de la historia de manera muy negativa y hoy eso se ha extremado”.  Una cosa que hermana a Chirinos y a Bolívar es el ego.

A Bolívar unos lo aman, otros lo detestan y todos lo desconocen. El tipo dejo escrito “el que sirve en una revolución ara en el mar” Un tipo que quería viajar y no le daban pasaporte, que afirmaba que el futuro de América Latina era emigrar, que no sabía qué vender para asegurar su futuro y el de su hermana, que se quedó solo hablando mal de medio mundo, como Páez, ¿eso no te suena? Y le pasaba a El Libertador. Ese, ese no lo conocemos.

Bolívar hablaba de la importancia de la unión, lo esencial de la unión, y despedazaba a Paéz, igual es la oposición venezolana, hay que unirse, pero se insultan todos. Si yo te mento la madre cómo tú te vas a reunir conmigo sanamente. Bolívar era un dictadorzuelo que hablaba mal de todo el mundo.

Después de una hora de actuacción en Bolívar, el último delirio, con una actuación desgarradora de Héctor Manrique sale para agradecer al público y le advierte a los españoles: “No jodan esta joya que es España, ya nosotros lo hicimos, jodimos la joya que era Venezuela. Vengo del futuro”.