La urbanización Aragüaney, ubicada en Palo Negro, municipio Libertador de Aragua, ha sufrido por años problemas que no han sido solucionados por los organismos municipales. Por eso, y cansados de esperar por las autoridades, sus habitantes han comenzado a cambiarle el rostro al urbanismo que ha presentado fallas de agua, interrupciones en la conectividad e irregular servicio de recolección de basura.
Motivar a la gente no ha sido fácil, cuenta a El Pitazo este lunes, 11 de mayo, Ricardo Loreto, quien junto a Nelson Peñaloza, Luis Ramos, Trina Linares, José Turmero, Javier Blanco y Rayza Guerrero, han iniciado prácticamente un proceso de evangelización de los vecinos para convencerlos de que la comunidad organizada puede resolver las fallas principales.
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«La idea no es hacer el trabajo de la alcaldía, pero si no responden no podemos quedarnos de brazos cruzados», explicó el señor Loreto.
Lo primero que han hecho son jornadas de limpieza dentro y fuera de la urbanización. Han desmalezado y recogido la basura acumulada. Esto los ha llevado a emprender jornadas de reciclaje de plástico, papel y cartón.
«Desde el segundo semestre del año 2019, con el apoyo de los vecinos y la empresa privada, la comunidad ha enviado menos desechos al vertedero de las Vegas, y así hemos contribuido a mejorar el medio ambiente y al mismo tiempo obtener recursos que se reinvierten, por los momentos, en áreas verdes de la comunidad», comentó Loreto.
Una de las grandes preocupaciones del urbanismo Aragüaney es la falta de agua. El pozo de aguas profundas tiene años dañado, por eso la comunidad en el mes de abril de 2020 retomó la iniciativa de autogestión para reparar el sistema de aguas blancas.
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«Hemos comenzado con la recuperación de las áreas verdes del pozo que estaban en total abandono por parte del consejo comunal, quienes son los custodios y los que operan el pozo», dijo Loreto, quien explicó que se ha pedido una cuota a los vecinos para comprar los componentes eléctricos y mecánicos necesarios.
En el año 2018 el urbanismo sufrió el robo del cable aéreo de fibra óptica en tres oportunidades. Por eso, tomaron la decisión de empotrar todo el cableado. «Desde entonces no hemos tenido más inconvenientes. Los recursos para hacer esta obra salieron principalmente de vendimias, donaciones y un pequeño aporte económico de los vecinos», señaló.
La urbanización Aragüaney tiene más de 400 casas y una población que supera las 1.000 personas. Hasta ahora han logrado atender algunas situaciones puntuales con el respaldo de sus habitantes.
«En nuestra comunidad existe un sin número de habitantes que ha trabajado por años en innumerables actividades y en estos dos últimos años, se ha impulsado la autogestión como mecanismos para mejorar nuestra calidad de vida», expresó el señor Ricardo Loreto.
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