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lunes, 20 mayo, 2024

Beneficiarios nos cuentan en qué invirtieron el bono Héroes de la Salud

Los 100 dólares representaron un respiro para una médica, dos enfermeras y un técnico radiólogo que compraron medicinas, comida, calzado y hasta cubrieron gastos de educación

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Caracas.- Los beneficiarios del bono Héroes de la Salud en los estados Aragua, Miranda, Carabobo y Vargas coinciden en que con esa ayuda resolvieron problemas puntuales y hasta cotidianos, que los sueldos del sector público en Venezuela no les permiten sufragar.

El Pitazo entrevistó a una médica, dos enfermeras y una técnico radiólogo en los estados Aragua, Carabobo, Miranda y Vargas y todos afirmaron que la primera bonificación de 100 dólares, otorgada por el gobierno interino de Juan Guaidó, representó un aliciente para dar respuesta a necesidades fundamentales, desde calzado hasta la educación de su grupo familiar.

La doctora Jenny por fin pudo comprar bistec

En Aragua, desde el domingo 13 de septiembre, trabajadores del sector salud (médicos y enfermeras) comenzaron a recibir correos electrónicos que notificaban el ingreso del bono: «recibido $100.00 AirUSD de República Bolivariana de Venezuela. Pago mensual del programa Héroes de la Salud – Gobierno Interino de Venezuela».

En un primer mensaje a los trabajadores les notifican que ya recibieron el bono y luego que subastan los dólares, les envían otro correo donde les informan el monto depositado en bolívares | Foto Cortesía Trabajadores de la Salud

A la doctora Jenny (nombre ficticio para proteger su identidad) este mensaje le alegró el domingo. Casada, y con un niño de 10 años de edad, nunca pensó que el bono se hiciera realidad. A través de tutoriales en YouTube aprendió a transferir el dinero a su cuenta.

«Se hace una especie de subasta y algún interesado te los compra y deposita el equivalente en bolívares (a tasa del BCV) en tu cuenta en Venezuela. Probé con $10 y terminé vendiendo $80. Dejé $20 de ahorro«, explicó la declarante, quien es médico en el Hospital Central de Maracay.

Para la médica, de 31 años de edad, este dinero fue un respiro. Le envió el equivalente a $15 a su mamá, pagó $10 en la inscripción del colegio del niño y gastó $55 en mercado.

«Tenía tiempo que no hacía un mercado tan grande, porque con 900.000 bolívares quincenales no se compra nada. Imagínate que gasté en cosas que son un lujo para nosotros: compré bistec, jamón, queso amarillo, café y papel sanitario del bueno, además de leche y frutas«, comentó la profesional, quien señaló que, a pesar de todo, ella es afortunada y gracias al rebusque (venta de comida y dulces) ha mantenido a la familia.

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Inscribir a sus hijos en la escuela

Personal de salud del estado Vargas también recibió el bono Héroes de la Salud. Médicos, enfermeras, personal obrero y de apoyo confirmaron a El Pitazo haber recibido el beneficio.

“Para algunos, a lo mejor, esos 100 dólares no son importantes, pero para mí es un platal. Las enfermeras no ganamos ni 6 dólares en un mes de trabajo y con las guardias podemos llegar a 10 dólares mensuales, eso reventándose uno. Así que zapatos, un buen mercado o hasta pagar la educación de los hijos, es un verdadero lujo”, cuenta una enfermera residente de Caraballeda que labora en uno de los centros centinela para el COVID-19 en la entidad costera.

La profesional solicitó mantener su nombre protegido, pues señala que con la llegada del “bono de Guaidó” se ha desatado una persecución en los centros de salud, por parte de los equipos directivos y afectos al oficialismo.

“El bono lo usé para inscribir y pagar algunas mensualidades del colegio donde estudian mis hijos. Es un colegio subsidiado, pero igual son por lo menos 20 dólares mensuales por los dos niños, así que me alcanzó para inscribirlos y pagar tres meses de escuela. Eso me tenía mal. No saber cómo iba a hacer con ellos, cómo iba a responder al colegio. Yo antes me rebuscaba con atenciones particulares, pero con esto del coronavirus, esa realidad mermó, pues quienes tienen pacientes de cuidado no los quieren poner en riesgo y menos con uno que trabaja en un centro centinela”, relata.

La mujer refiere que otras compañeras han invertido en equipos de bioseguridad. “A mí me alcanzó para unos tapabocas buenos, pero se de algunas que invirtieron en guantes y máscaras acrílicas, porque ese es un equipo que no nos están dando en el centro hospitalario”.

Con el bono Héroes de la Salud los trabajadores de este sector cubrieron necesidades básicas que con sus sueldos era cuesta arriba | Foto Alfredo Morales

Como caído del cielo

A la enfermera Sailym Heleinne Rovero Villazana, quien trabaja en un hospital pediátrico del municipio Guacara en el estado Carabobo, el bono Héroes de la Salud le llegó en uno de los momentos que más lo necesitaba, pues el 2 de septiembre fue diagnosticada con COVID-19.

Rovero, de 31 años de edad, sintió emoción cuando leyó el mensaje de que el dinero ya estaba en su cuenta. “Me llegó como caído del cielo, Dios nunca nos abandona y fue un excelente regalo. Con el bono le mandé comida a mis hijos, quienes están fuera de casa por medida de aislamiento, y compré ibuprofeno, aspirina y vitamina C”.

La enfermera, quien estuvo en un hospital por tres días y posteriormente fue enviada a casa ante la falta de camas en los centros centinelas de Carabobo, confesó que su sueldo no le hubiese alcanzado para cubrir los gastos de recuperación. “Yo cobro sueldo mínimo y con una que otra bonificación llego a dos millones y algo, en ocasiones”, acotó Sailyn Rovero, quien manifestó que es la primera vez que la toman en cuenta como personal de salud.

Artículos de higiene de buena calidad

Para la licenciada Thais Madrid Garzón, el bono Héroes de la Salud significó un aporte importante, “debido a la complicada situación económica que atravesamos actualmente”.

“Fue como un incentivo que nos permitió comprar cosas que antes eran inalcanzables”, destacó Madrid, quien es técnico radiólogo 2 en el Hospital General de los Valles del Tuy, con sede en Ocumare, estado Miranda, desde hace 16 años, y actualmente gana Bs. 2.400.000 mensuales, lo que equivale a kilo y medio de carne.

Madrid tiene un hijo ingeniero que la ayudó a hacer los trámites para subastar los 100 dólares. “Fue un proceso engorroso que en un primer momento no pude hacer sola, por eso busqué ayuda”.

Una vez con el dinero en su cuenta, Madrid se puso al día con un diplomado, a propósito que debía los aranceles de unas materias, compró comida, un par de zapatos y artículos de higiene personal. “Me compré un champú bueno y un enjuague decente”, agregó.

Para el 18 de septiembre, a Madrid aún le quedaba 20% del monto total recibido en bolívares, el cual destinará a comprar otros alimentos. “Necesito unos pantalones, pero será en otra oportunidad”.

Con información de Alfredo Morales, Nadeska Noriega, Ruth Lara Castillo y Rosanna Battistelli

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