Una serie de monumentos ubicados en Barranquilla, Colombia, se iluminaron de azul la noche del 20 de junio en honor a los refugiados y desplazados en su día. Entre las estructuras que se llenaron de luz se encuentran la Aleta de Tiburón, la Intendencia y la Catedral Metropolitana María Reina.
La actividad fue promovida por la oficina regional del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). En la región Caribe, la oficina del organismo la dirige Borja Santamaría, quien llamó a la población a tomar conciencia sobre la realidad de las personas refugiadas y desplazadas, que buscan un futuro en un lugar que no es su hogar.
La coordinadora de la población migrantes y colombianos retornados de la Gobernación del Atlántico, Susana León, considera que «es fundamental conmemorar la resiliencia, la fuerza y la entereza de todas esas personas que han tenido que salir de sus hogares por diferentes motivos».