Caracas.- Hay muchas maneras de trasladarse entre países; lo más usual es tomar un avión o un autobús. Pero una pareja de venezolanos, que solicitó resguardar sus apellidos, tomó su motocicleta para cruzar las diferentes fronteras de Sudamérica en dos ruedas.
Williams, oriundo de Guanare, Portuguesa, y Cristina, originaria de Caracas, Distrito Capital, ambos de 34 años, empacaron sus pertenencias en 2 bolsos, con tan solo 100 dólares en sus bolsillos, y salieron desde Turmero, Aragua, en agosto de 2017 utilizando a Draco, el nombre que le dieron a la motocicleta con la que viajan entre países.
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La pareja se conoció en 2016 en un viaje al monte Roraima y, desde entonces, hicieron juntos varias rutas de montaña en Venezuela. «Compré uno de esos paquetes para la Gran Sabana y así fue que nos conocimos (…) Conociéndonos vimos que ambos queríamos viajar por Sudamérica, cada uno a su manera; uno quería hacerlo en bicicleta y otro como se pudiera, así que buscamos un punto medio: ir en motocicleta», contó Cristina a El Pitazo.
«No sabíamos manejar moto»
Para marzo de 2017, la pareja ya había tomado la decisión de viajar por el sur del continente americano, por lo que comenzaron a prepararse e instruirse y uno de sus primeros pasos fue comprar la motocicleta, aunque ninguno tenía experiencia conduciendo.
«Decidimos hacerlo en moto por lo independientes que seríamos, podríamos parar dónde quisiéramos y conocer tanto como quisiéramos (…) Solo quedaba un detalle: aprender a manejarla. Un mes antes de salir, Will practicó mucho para aprender lo básico, y en agosto del 2017 salimos cargados como nunca de cosas, de sueños y de muchas ganas de comernos el mundo», dijo la caraqueña.
Lo que comenzó como un sueño, se volvió el día a día de los venezolanos. Hasta la fecha, la pareja ha recorrido 39.000 kilómetros, entre los que han logrado conocer la Gran Sabana, la selva amazónica, Brasil, Uruguay, Paraguay, Argentina y Chile.
«Pudimos llegar a Ushuaia, a Puerto Williams y las Torres de Paime. También al Perito Morenos y a muchos glaciares que estamos teniendo la dicha de poder conocer. Nuestro sueño es recorrer toda América, pero cuando estemos de regreso en Venezuela pensaremos cómo llegaremos hasta Alaska. Por lo pronto, disfrutamos el día, el presente y el ahora», dijo Cristina.
Lo bueno y lo malo de ir a dos ruedas
Pese a que la pareja venezolana está cumpliendo su sueño, aseguran que no todo es color de rosa. Cada día se enfrentan a diferentes retos, pero poco a poco han ido superando cada uno de ellos.
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«Lo difícil del viaje es que arriesgamos la vida en cada kilómetro, enfermarnos durante la ruta es muy duro y, a veces, estamos muy justos de presupuesto. También nos pega que a veces extrañamos nuestro hogar», expresa la venezolana.
La pareja asegura que en cinco años de viaje nunca han tenido problemas con sus documentos al momento de cruzar las diferentes fronteras y que cuando un policía los ha parado por el camino ha sido para tomarse una foto con ellos o para conocer más sobre el viaje que están realizando.
«Nos han tratado con mucho cariño y respeto, siempre nos comentan que conocen algún venezolano y que les gusta mucho nuestra comida, así que en esos momentos nos sentimos tan orgullosos de saber que el venezolano está enriqueciendo todo donde logra llegar (…) El poder tratar con tantos países diferentes nos ha enriquecido enormemente, nos gusta aprender de las nuevas culturas y nos gusta decir que somos embajadores venezolanos (…) Siempre llevamos un poquito de Harina PAN para que las personas puedan probar la arepa por primera vez», cuentan.
Trabajo y esfuerzo
Williams es ingeniero civil de profesión, mientras que Cristina se dedica al marketing digital. Ambos han buscado ejercer sus presiones durante el camino, pero también han desempeñado oficios; aseguran que cualquier trabajo es una oportunidad de continuar con su travesía.
«No hay trabajo pequeño cuando se quiere avanzar. Nosotros hacemos este viaje a pulmón, nadie nos patrocina y creemos que nuestros patrocinadores son todas esas personas que nos han ayudado en este viaje, las que nos han recibido en su casa, nos han dado un tanque de gasolina, un vaso de agua o hasta una palabra de aliento», dice Cristina.
La pareja ahora tiene como objetivo llegar a la Antártida para conocer el polo sur y aunque han conocido lugares hermosos durante su viaje donde les han ofrecido trabajo y hospedaje, sueñan con volver a Venezuela para planificar su próxima aventura.
«Una de las partes más bonitas de viajar es volver a casa y eso es Turmero, el pueblo que nos dio la oportunidad de conocernos y donde durante tantos días planificamos la ruta mientras tomábamos café con un pan dulce en la plaza», dijo la venezolana.
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Ambos comparten las experiencias de sus viajes en YouTube y Facebook, donde se encuentran como Travesía en Moto con Tina y Will, además de Instagram (@TravesiaEnMoto), donde siempre interactúan con quienes disfrutan viendo lo que han logrado a dos ruedas.
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